Francisco Camps, presidente de la generalitat valenciana

La decisión del Supremo es una fuerte descalificación

La decisión del Supremo es una fuerte descalificación_MEDIA_1

La decisión del Supremo es una fuerte descalificación_MEDIA_1

JOAN TAPIA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

2 SUSPENSO

La semana pasada, la sala del Tribunal Supremo decidió (por unanimidad de sus cinco miembros) corregir al Tribunal Superior valenciano, presidido por José Luis de la Rúa ¿amigo íntimo de Francisco Camps, según confesión pública de los dos¿, que había archivado la causa contra el presidente por recibir regalos de latrama Gürtel.

Fue un revés fuerte. Camps reaccionó con incoherencias. Dijo que era Juan sin miedo, que se sentía más feliz que el día anterior, que nadie se creía esa tontería, y que detrás estaba la mano del Gobierno. Que Camps insulte así al Supremo es escandaloso, aunque ya estamos habituados a sus sonados despropósitos. Pero ahora, Camps empieza a ser incómodo para la cúpula de PP y para los barones territoriales. Preocupa tenerlo de compañero de viaje en las elecciones del 2011. Y aún más que anticipe los comicios. Toda España observando como un candidato conservador hace campaña desde el banquillo no gusta. Y para el PP, no ganar las autonómicas y municipales sería una catástrofe.

Ayer, Camps se montó un acto de homenaje. No fue ni el zaplanista PP de Alicante, ni nadie de la dirección nacional. Camps empieza a ser un serio engorro. Mariano Rajoy le sigue apoyando, pero cada vez menos. Ayer, en Lleida, lo volvió a hacer. A cambio, Camps aseguró que no habrá adelanto electoral. ¿Qué sucederá cuando se siente en el banquillo?