La situación en las filas conservadoras

Rajoy da tregua a Aguirre y le cede las pesquisas del caso de espionaje

Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre.

Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre.

GEMMA ROBLES
MADRID

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Tregua en el PP. Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre se van a conceder un respiro: el líder de los populares ha decidido "suspender" la investigación interna que ordenó en torno al escándalo del espionaje, supuestamente ligado a la Comunidad de Madrid. Justo lo que la presidenta regional quería. Pero el alto el fuego no le ha salido gratis a Aguirre. Ha tenido que dar su brazo a torcer y, en contra de su criterio inicial, acceder a apoyar una comisión de investigación parlamentaria sobre este asunto. ¿Hubo pacto entre ambos para cambiar una investigación por otra? Los dos lo niegan. Pero la coincidencia es demasiado llamativa como para no albergar dudas.

El caso es que investigar, se investigará, aunque en vez de en la sede central de los conservadores, se hará en el Parlamento madrileño. Resulta curioso que Aguirre prefiera que sea la oposición, y no su propio partido, la que ponga la lupa sobre sus colaboradores y las supuestas relaciones con el espionaje a otros políticos. Claro que el Grupo Popular tiene mayoría en la Asamblea regional y, por tanto, capacidad de imponer su criterio. No obstante, el PP asegura que no permitirá un cierre en falso, dado que algunos de sus dirigentes han sido objeto de espionajes. Y lanzan un mensaje a Aguirre: si el tema vuelve a enturbiarse, la investigación del partido se reactivará.

DÍA DE ANUNCIOS Y REUNIONES

Fue la presidenta de Madrid la primera en mover ficha ayer. A las nueve de la mañana anunció que respaldaba una comisión parlamentaria para que se sepa que no ha "espiado a nadie". Según fuentes de su entorno, Aguirre tomó la decisión el domingo. Hasta entonces, les asaltaban dudas. Sí eran defensores de esa iniciativa política su vicepresidente, Ignacio González, espiado y protagonista de varios dosieres ligados al tráfico de influencias, y el consejero de Interior, Francisco Granados, responsable del supuesto equipo de espías de la Comunidad.

"No hubo ningún pacto con Rajoy. Pero se hartó de que le reprocharan que no aceptaba la comisión de la Asamblea porque tenía algo que ocultar", enfatizan las citadas fuentes. Ayer por la mañana, Aguirre comunicó a la prensa su decisión. Después, acudió a la sede del PP y, en una reunión con Rajoy y el resto de barones territoriales, dio explicaciones al respecto. Se marchó de allí pronto porque tenía un acto con los Príncipes, pero estuvo el tiempo suficiente para oír que tanto al líder del partido, como al resto de presidentes autonómicos veían bien la apertura de la comisión.

EL LÍDER RESPONDE

En esa misma reunión --en principio dedicada a la financiación autonómica--, Rajoy tuvo que escuchar a sus presidentes territoriales reclamar que el escándalo del espionaje se cierre cuanto antes. Todos comparten que mantener vivo el asunto perjudica a todos.

Por la tarde, Rajoy recogió la pelota que Aguirre dejó en su tejado. Su número dos, Dolores de Cospedal, anunció oficialmente que se suspendía la investigación interna, por considerar que las eventuales responsabilidades políticas se depurarían en la Cámara autonómica y las penales, en los tribunales. "Es difícil que un partido llegue a sitios donde no llegue el juez", admitió.

Calificó así de "sinsentido" mantener una investigación propia paralela, por lo que optó por dejar en suspenso sus trabajos hasta el fin de la investigación de la Asamblea, previsto para el 28 de febrero, justo la víspera de las elecciones en Euskadi y Galicia. De Cospedal dijo que tanto ella como su jefe estarían dispuestos a acudir a la comisión.

El equipo de Rajoy, inmerso ya en precampaña electoral, respiró aliviado ayer. Aguirre también. A ver cuanto dura el oxígeno.