DECISIÓN DE LA AUDIENCIA NACIONAL

Absueltos los 16 jóvenes acusados de quemar fotos del Rey en Girona

Varios de los jóvenes acusados llegan, ayer por la mañana, a la Audiencia Nacional, en Madrid.

Varios de los jóvenes acusados llegan, ayer por la mañana, a la Audiencia Nacional, en Madrid.

MARGARITA BATALLAS
MADRID

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Una absolución forzada. El juez de lo penal de la Audiencia Nacional, José María Vázquez Honrubia, absolvió ayer a los 16 jóvenes independentistas que quemaron fotos del Rey en Girona en septiembre del 2007. El fiscal, que les acusaba de un delito de injurias a la Corona, cambió su acusación por una falta leve de desórdenes públicos.

El magistrado criticó con dureza la postura del fiscal. "Resulta incomprensible, señor fiscal, porque no han variado las circunstancias" que "haya degradado" el delito de injurias a la Corona por el de desórdenes, le espetó. Y añadió: "El delito de injurias o es un delito o no es nada". Y explicó que la Audiencia es "competente para conocer delitos y no faltas". Por ello, sentenció: "Quedan todos absueltos".

LOS INCIDENTES

El juicio comenzó con más de una hora de retraso porque la policía prohibió a los acompañantes de los acusados --que acudieron a Madrid en un autobús-- llegar a la Audiencia al vestir --al igual que los imputados-- una camiseta con el eslogan: Yo también quemo la corona española. Los únicos que siguieron con esta vestimenta fueron los acusados, aunque el juez les obligó a dar la vuelta a la camiseta bajo la amenaza de expulsión de la sala. En la vista, los imputados se acogieron a su derecho a hablar en catalán. Una decisión que provocó situaciones insólitas por los comentarios sarcásticos de Vázquez Honrubia.

Este juez impidió en su momento a otros dos jóvenes --Jaume Roura y Enric Stern-- usar el catalán en el juicio en el que les condenó a 2.700 euros por quemar fotos de los Reyes durante una visita a Girona también en septiembre del 2007. Esta decisión fue anulada, después, por el pleno de la Audiencia Nacional.

LAS BROMAS

A pesar de ello, el juez no perdió ninguna oportunidad para reiterar su tesis de que los acusados tenían la obligación de conocer el castellano. A Mostafa Shaimi le dijo que hablara en la lengua que quisiera tras soltarle: "Cuidado, que se pone usted a hablar en castellano; es usted bilingüe, genial". Después, le ofreció un traductor de marroquí.

Con Jordi María Casas, de 48 años, subió el tono. "Viniendo de España, es lamentable que no entienda el castellano". El imputado le replicó que era el único idioma en el que le habían dejado estudiar. El magistrado le indicó que este hecho era "estupendo para la gramática".

Sus salidas de tono provocaron las risas del público. "Me gusta que en mis juicios la gente se lo pase bien, pero no tanto". Por ello, les advirtió de que serían expulsados si continuaba "el jolgorio". El juez no replicó cuando su fallo fue recibido con aplausos.