ENTREVISTA CON Omar Azziman, EMBAJADOR DE MARRUECOS

Omar Azziman: "Ceuta y Melilla no pueden ser un tabú en nuestras relaciones"

De vuelta  Omar Azziman, ayer por la tarde en su despacho de la embajada marroquí.

De vuelta Omar Azziman, ayer por la tarde en su despacho de la embajada marroquí.

PILAR SANTOS
MADRID

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LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO TETUÁN, OCTUBRE DE 1947

FORMACIÓN LICENCIADO EN DERECHO

CARGOS ANTERIORES MINISTRO DE JUSTICIA ENTRE 1997 Y 2002, MINISTRO DELEGADO DE DERECHOS HUMANOS ENTRE 1993 Y 1995, Y MIEMBRO FUNDADOR DE DIVERSAS ONG HUMANITARIAS.

Hace tres días que Omar Azziman se reincorporó a su puesto en la Embajada de Marruecos después de coprotagonizar la última crisis diplomática entre su país y España. El viaje de los Reyes a Ceuta y Melilla "sacudió", según sus palabras, todos los estamentos marroquís y provocó la "inevitable" llamada a consultas de Mohamed VI en señal de protesta. Una carta de José Luis Rodríguez Zapatero al monarca alauí la semana pasada allanó su vuelta a Madrid.

--¿A qué se ha dedicado durante estos dos meses de "consultas" en Rabat?

--A analizar las relaciones entre los dos países. A reunirme y a estudiar cómo se podía gestionar este desacuerdo con España.

--¿Y cómo se ha gestionado? ¿Por qué ha vuelto?

--Creo que se ha gestionado bien. La visita de los Reyes a Ceuta y Melilla ha sido percibida en Marruecos, a todos los niveles, como una sacudida fuerte, y hemos tenido que resolver ese momento tan delicado. Además, hemos analizado el porqué de estas cosas.

--¿Qué quiere decir exactamente?

--Hay que saber, porque creo que en España no se sabe lo suficiente, que el Rey de España tiene una imagen muy prestigiosa en Marruecos, se le trata con mucho respeto por ser el jefe del Estado de un país con el que compartimos pasado y con el que queremos compartir el futuro. También se le trata con mucha admiración por el papel que ha jugado en la transición y en la democratización del país. Por ello esa visita ha sido incomprensible para nosotros. Cuando se quiere mucho a una persona también se le exige mucho. Eso explica un poco la sacudida que ha habido en Marruecos. Es un elemento importante.

--Varios miembros de su Gobierno dijeron que las relaciones no volverían a su cauce hasta que España asegurara que se dialogaría sobre el futuro de Ceuta y Melilla. ¿Han recibido algún mensaje en ese sentido que haya ayudado a que usted ya esté de vuelta en Madrid?

--No, yo estoy en Madrid porque Marruecos ha tomado la decisión de mirar hacia el futuro. La relación entre Marruecos y España es de muy buena calidad y hay muchos intereses mutuos. Si Marruecos ha tomado esta decisión, es porque se ha tenido en cuenta todos estos intereses.

--¿Por ejemplo?

--Pues la cooperación en inmigración, en la lucha antiterrorista. La cooperación económica y cultural.

--El ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, informó a su homólogo, Taib Fassi Fihri, de la visita de los Reyes cinco días antes. ¿Les pareció poco tiempo?

--Nuestras relaciones bilaterales han llegado a tal nivel de proximidad, de complicidad, de intensidad, de amistad, de franqueza y de diálogo que todos los problemas que pueda haber los tenemos que hablar y concertar. Y concertar no es informar en el último momento. Es abordar todo, organizar todo y planificar todo. Y anticipar, anticipar las situaciones. Considero que lo que hizo Moratinos fue un gesto de cortesía, para que la noticia no llegara por la prensa, que es lo que habría pasado.

--¿Cómo tendría que haberlo hecho para evitar el desencuentro?

--No estoy para dar lecciones a nadie, pero lo que sí me parece lógico es que todo, absolutamente todo, entre en ese marco de diálogo y de concertación mutua. Y nada más. No puede haber tabús. Tenemos un contencioso histórico y queremos que ese contencioso entre en el marco del diálogo permanente.

--¿Qué es lo último que le ha dicho el rey Mohamed antes de venir?

--Que el problema es un problema y tenemos que hablarlo y que, mientras tanto, podemos seguir avanzando en todos los otros asuntos. Ceuta y Melilla no pueden ser un tabú en nuestras relaciones.

--¿Se hará la reunión de alto nivel (RAN) entre los dos países antes de que España celebre las elecciones generales de marzo?

--Cuando fui recibido por Moratinos esta semana comentamos este tema. Esta misma mañana por ayer he enviado un mensaje a Rabat explicando que el Gobierno español desea celebrarla en febrero. Es un poco justo, porque en ese tipo de reuniones hay muchos ministros y cuesta mucho tiempo organizar la agenda. Estamos a la espera de la respuesta de Rabat.

--¿En esta cumbre bilateral ustedes propondrán abordar el futuro de Ceuta y Melilla?

--No necesariamente en la próxima reunión. Quizá antes o quizá después. Vengo sin agenda, pero lo que decimos es que no debemos dejar ningún tema aparcado y que hay que hablar de Ceuta y Melilla. No queremos avanzar en nuestra relación con bombas así porque pueden explotar en cualquier momento. En muy poco tiempo hemos logrado dar la vuelta a temas que hace pocos años eran considerados asuntos casi tabú. Es el caso de la inmigración, del terrorismo, de la pesca. Ahora consideramos estos temas como modelos ejemplares de cooperación. Tenemos que aplicar este método a todas las dificultades que puedan surgir.

--¿Cuándo calcula que Ceuta y Melilla pueden dejar de ser un tabú en las relaciones bilaterales?

--Ya lo veremos. No vengo con un calendario, con una fecha. No voy a decir: 'Si de aquí al 30 de enero no hablamos de este tema, me vuelvo a Marruecos'. No me parece ni inteligente ni conveniente. Pero sí venimos para que entre nosotros se acaben los tabús.