Ibarretxe equipara la violencia etarra con algunas sentencias judiciales

EFE / VITÒRIA

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El lendakari, Juan José Ibarretxe, considera que la violencia de ETA, la ilegalización de partidos y determinadas sentencias judiciales constituyen una "espiral sin fin" que "nos devuelve al pasado".

La web Konpondu (Arreglar), que el Gobierno Vasco activó en su día para promover la participación ciudadana en el proceso de paz, publica hoy un artículo de Ibarretxe titulado "Un futuro para decidir".

En él, el lendakari recuerda que hace exactamente un año, en Nochebuena del 2006, ETA todavía no había roto "formalmente el alto el fuego permanente", pero que pocos días después cometió un "brutal atentado" en la T-4 de Barajas, en el que murieron Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio.

Recuerda que ahora ETA ha roto la tregua, "a pesar de que la propia Batasuna le había pedido públicamente que no lo hiciera" y que "quien en su nombre le pidió que no lo hiciera, Arnaldo Otegi, está hoy en prisión".

Dolor y sufrimiento

Cita el asesinato de los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero, lo que ha vuelto a causar "familias rotas, dolor, sufrimiento ante la muerte y el asesinato irracional".

Ibarretxe añade que "toda esta violencia nos devuelve al pasado. Amenazas, extorsiones, ilegalización de fuerzas políticas, sentencias judiciales que de jurídicas tienen poco y de impulso político tienen mucho, dispersión de presos, muerte de sus familiares en accidentes cuando van a visitarlos a las cárceles".

Futuro sin violencia y con diálogo

Recalca que a esta "espiral sin fin" se une la "negación del diálogo como fórmula para resolver los problemas". Tras mostrar su negativa a "aceptar una vuelta atrás, una vuelta a un pasado sin ilusión y sin salida", el lendakari se compromete a que la Nochebuena del próximo año "podamos hablar de un futuro diferente", un futuro "para decidir".

"Un futuro en el que la violencia haya sido desterrada para siempre, un futuro en el que los partidos políticos hayan recibido un mandato para sentarse a dialogar y alcanzar un acuerdo, un futuro en el que la sociedad vasca sea protagonista de su propio destino", concluye.