El PCE hostiga a Llamazares para que renuncie a liderar IU

MARCO SCHWARTZ / MADRID

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A solo 15 días de la proclamación del candidato de Izquierda Unida (IU) a las elecciones generales, la coalición que lidera Gaspar Llamazares atraviesa uno de los momentos más difíciles de su accidentada historia. El acoso del ala dura del Partido Comunista --formación mayoritaria dentro de IU-- contra el coordinador general ha alcanzado tal intensidad que muchos militantes temen por el futuro de la coalición. Llamazares ha avanzado que repetirá como candidato. Sus contrincantes aún no han desvelado su carta. La suerte se sellará el 6 de octubre, cuando los cerca de 200 integrantes del consejo político federal decidan si otorgan una nueva oportunidad a Llamazares o si apuestan por otra cara.

La hipótesis más probable es la primera. Aunque Llamazares cuenta con escaso apoyo dentro el PCE, sus respaldos podrían superar en estos momentos el 55% del consejo político federal, según diversas fuentes consultadas. Sin embargo, conseguir la designación como candidato no es, ni mucho menos, el reto más difícil para Llamazares. La gran prueba será en marzo, cuando se recuenten los votos de las generales y se sepa cómo le ha ido a IU.

DECLIVE Las expectativas no son nada halagüeñas. Tras el éxito de 1996, cuando superó el 10% de los votos y consiguió 21 escaños en el Congreso de los Diputados, IU ha sufrido un declive progresivo hasta quedar con sus actuales cinco diputados, incluidos los dos de su aliado Iniciativa per Catalunya (IC). Las recientes elecciones municipales y autonómicas no aportaron noticias esperanzadoras para la formación.

Los detractores de Llamazares --capitaneados por el presidente y el secretario general del PCE, Felipe Alcaraz y Francisco Frutos-- achacan al actual líder de IU el estado de postración de la coalición. Lo acusan de entregarse en brazos del PSOE en lugar de construir una alternativa claramente diferenciada a la izquierda de los socialistas. El propio Llamazares ha replicado a esas críticas con el argumento de que su objetivo es mantener una actitud "crítica" hacia el Gobierno socialista, pero al mismo tiempo "constructiva" con el fin de garantizar la adopción de políticas sociales y garantizar cierta influencia a IU en el escenario político.

Algunos comunistas recuerdan con nostalgia la era de Julio Anguita, cuando se alcanzaron los 21 diputados. El entonces líder de IU intentó aplicar en España el sorpasso ocurrido en Italia cuando el PCI desplazó como primer partido a los socialistas. En su empeño llegó a montar contra el Gobierno de Felipe González la famosa pinza con el PP de José María Aznar. Sin embargo, Anguita logró su éxito electoral porque el PSOE se hallaba en uno de los peores momentos de su historia, atenazada por los escándalos de corrupción y de la guerra sucia contra ETA.

HERENCIA En las elecciones generales del 2000, los 21 escaños históricos de IU se derrumbaron a solo ocho, bajo la candidatura de Francisco Frutos, ya que Anguita había renunciado a presentarse por problemas cardiovasculares. Con ese escenario poco alentador se encontró Llamazares al ser elegido a finales del mismo año y, por los pelos, nuevo coordinador de IU en la cuarta asamblea general.

Su liderazgo no ha sido nada fácil. En las elecciones municipales del 2003 prosiguió la cuesta abajo de la coalición. Y en las generales de marzo del 2004, la situación extraordinaria de polarización política entre el PP y el PSOE provocada por los atentados del 11-M afectó de manera muy especial a IU, que quedó con apenas cinco escaños.

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