Polémica en el Parlament

Junts rechaza votar "siempre en contra" de Aliança Catalana como piden los impulsores del cordón sanitario

La comisión que vela por el cumplimiento del 'pacto antifascista' mantiene que el acuerdo implica el "rechazo sistemático" a cualquier propuesta, independientemente del contendido, matiz que los posconvergentes no quieren suscribir

Junts pide replantear el cordón sanitario a la extrema derecha tras abstenerse en una propuesta de Aliança Catalana

PSC, ERC, CUP y Comuns exigen a Junts una rectificación por saltarse el cordón sanitario a Aliança Catalana

El grupo parlamentario de Junts en el Parlament.

El grupo parlamentario de Junts en el Parlament. / ACN

Gisela Boada

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Barcelona
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Junts sigue negando que vaya a votar "siempre en contra, sea cual sea el contenido" de las propuestas de la extrema derecha, en contra de lo que se acordó en el 'pacto antifascista' que el partido, junto al PSC, ERC, Comuns y la CUP selló al inicio de la legislatura para arrinconar a Vox y Aliança Catalana de la actividad parlamentaria. Una reunión entre los posconvergentes y la comisión de seguimiento del acuerdo -liderado por Unitat Contra el Feixisme i Racisme (UCFR)-, que tuvo lugar el pasado 27 de noviembre, confirma que el grupo encabezado por Albert Batet en la Cámara catalana no está dispuesto a "rechazar sistemáticamente" las iniciativas del partido de Sílvia Orriols.

El compromiso, que ya se había sellado en la pasada legislatura cuando solo el partido de Ignacio Garriga representaba la posición de ultraderecha, no había generado polémica, ya que todos los partidos votaron siempre en contra de cualquier iniciativa de Vox, pero con la irrupción de Aliança Catalana esto ha cambiado. El pasado octubre, una abstención de Junts a una propuesta en favor de la independencia presentada por Orriolsencendió la alarmas. Todos los partidos firmantes acusaron a los posconvergentes de haberse "saltado el cordón sanitario" y pidieron una rectificación, pero Junts se escudó en que el texto del acuerdo no cita explícitamente la obligación de "votar siempre en contra", sino de "evitar que las propuestas [de Vox y Aliança] prosperen", por lo que consideraron que su decisión con la iniciativa de la formación de Orriols -que no se aprobó-, no implicó ninguna vulneración del pacto.

Junts se desmarca del acuerdo

La maniobra de este grupo parlamentario puso en entredicho cómo debían actuar los partidos de acuerdo con el compromiso sellado, por lo que los miembros del comité de seguimiento convocaron una primera reunión de urgencia con Junts, PSC, ERC, Comuns y CUP para aclarar que todo lo que no fuera "rechazar sistemáticamente" todas las propuestas de los partidos de ultraderecha suponía salirse del pacto, algo que apoyaron todos los representantes, salvo Junts, que pidió un "debate extenso" sobre cómo se debe actuar con la extrema derecha.

Por ese motivo, la comisión emplazó al grupo de Batet a sentarse a hablar por separado y aclarar esta cuestión en una segunda reunión -la del 27 de noviembre-, en la que el partido volvió a reafirmar su posición: no van a apoyar que el compromiso implique el rechazo unilateral a todas las propuestas. En un comunicado de la UCFR la entidad explica que en el encuentro insistieron en que el "contenido" de las propuestas que provienen de partidos de extrema derecha no debe cambiar la estrategia y que es importante incidir en este punto para que el cordón funcione: "Es precisamente cuando la extrema derecha presenta propuestas donde saben que pueden coincidir con otras fuerzas, cuando nadie debe caer en la trampa", apuntan. Por ello, la comisión propuso a Junts dar por cerrado este asunto, alegando que la abstención de los posconvergentes había sido fruto de una "diferencia de criterios" -lo que implicaba no tener que rectificar- a cambio de que se comprometieran a no volver a salir del rechazo sistemático. Junts, señalan el documento, se opuso a aceptar esta "solución". Preguntados por EL PERIÓDICO, desde el partido se niegan a dar declaraciones sobre este asunto.

Una situación encallada

La situación ha quedado encallada, y fuentes de la UCFR explican a este diario que confían en que la formación independentista pueda "replantear" la situación, y lamentan no poder acercar posturas vía diálogo: "Hay que entender que no se trata de qué piensan o no de la independencia, sino de rechazar a los partidos que se basan simplemente en el odio", alegan, y añaden que solo de este modo se evita "normalizar" a estas fuerzas. Pendientes de cómo se resolverá el asunto, desde la organización dejan la pelota en el tejado de Junts y no se pronuncian sobre qué consecuencias puede tener que los posconvergentes vuelvan a incumplir el compromiso.