Sergi Mingote inicia el ascenso hacia la cima del Broad Peak

La expedición de Sergi Mingote se dispone a alcanzar en los próximos días la cima del Broad Peak, el primer gran coloso al que se está enfrentando el alpinista paretano en su desafío #3x2x8000 de subir seis ocho miles en un año.

Tras unos días complicados a causa del mal tiempo, las intensas nevadas y el frío, el clima parece que dará un respiro hasta el 16 de julio, momento que el equipo aprovechará para intentar alcanzar la cumbre de este montañoso pakistaní.

A las nevadas y los consecuentes aludes se suma ahora otro hándicap: el viento. Con tiendas ya instaladas en los Campos Base 1, 2 y 3 del Broad, el escalador se muestra preocupado por si podrán soportar las rachas de viento de más de 60 km/h previstas para los próximos días.

Estos factores, sumados a las lógicas consecuencias que tiene el ascenso para la salud de los miembros del equipo, han llevado al grupo a sufrir su primera baja: Pep Vega ha decidido abandonar la expedición. “Tantos días de espera en el Campo le han hecho mella, ha perdido fuerzas y mucho peso, por lo que ha decidido volver a casa”, explica Mingote desde Pakistán.

Una dura decisión que ha entristecido a todo el equipo y que ha hecho decaer por momentos los ánimos de Mingote y compañía, que desde el Campo Base aseguran que notarán mucho su presencia, pues “es el alma logística y organizativa de nuestra expedición, además de un gran compañero”, dice Sergi.

Cuenta atrás hacia la cumbre

En los próximos días, el equipo encabezado por Sergi Mingote se dispone a alcanzar la cima del Broad Peak, el primero de los ocho mil gigantes que el alpinista quiere coronar en el próximo año, en un intento de batir un récord Guinness.

El reto empieza a las cinco de la mañana, momento en que la expedición partirá directamente desde el Campo Base hacia el Campo 2, en una dura y larga jornada que les llevará a recorrer unos 1.500 metros de desnivel positivo.

El día 15, sobre la misma hora, ascenderán hacia el Campo 3, situado a poco más de 7.000 metros de altura. Una jornada “crucial para nuestros intereses”, dice Sergi, pues “es muy larga, con algunas secciones de hielo peligrosas en las que se han accidentado esta temporada algunos alpinistas”.

Ese mismo día, sobre las ocho de la tarde, partirán hacia la cumbre. “No será fácil, pero nadie dijo que lo sería”, asegura Mingote. El equipo está motivado y “nuestros estómagos empiezan a notar los nervios del día anterior”, dice el paretano.

Hace ya más de un mes desde que Mingote y su equipo se despidieron de sus familias en el aeropuerto de Barcelona y se embarcaron en este gran desafío deportivo y solidario hacia el que es su primer doble reto: coronar el Broad Peak y el gigante K2. Algo que parecía entonces lejano y complicado, pero que ahora parece cada vez más cerca.