Cine

'Aún estoy aquí': así es el milagro brasileño que ha ganado el Oscar a mejor película internacional

El filme dirigido por Walter Salles -indicado a tres premios Oscar- ha provocado la aceleración de las políticas públicas del gobierno de Brasil sobre memoria histórica

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Un fotograma de 'Aún estoy aquí'.

Un fotograma de 'Aún estoy aquí'.

Bernardo Gutiérrez

Río de Janeiro
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La película brasileña se ha alzado en la edición de los Oscars de 2025 con el premio a mejor película internacional. El 7 de enero, un día después de que la brasileña Fernanda Torres se alzara con el Globo de Oro a la Mejor Actriz, el presidente Lula da Silva la llamó. "Brasil se merecía esto, te lo merecías...", afirmó Lula en una conversación que se viralizó en vídeo. "Es una cosa tan bonita para la cultura, a la que han atacado tanto", respondió la actriz. Imponiéndose a Nicole Kidman, Angelina Jolie, Kate Winslet, Tilda Swinton y Pamela Anderson, la veterana actriz y escritora Fernanda Torres se convirtió en la primera brasileña en conseguir un Globo de Oro, por su interpretación en una película que 'The New York Timesdescribió como "bella y devastadora".

El día 23 de enero la película dirigida por el cineasta de culto Walter Salles fue nominada a los Óscar en tres categorías: Mejor Película, Mejor Actriz y Mejor Película Extranjera La bendición de Hollywood catapultaba el filme a la categoría de fenómeno global. El cineasta Alfonso Cuarón, director de 'Gravity', afirmó que asistir a 'Aún estoy aquí' es como "vivenciar una atracción gravitacional, que nos eleva y nos ancla como una fuerza invisible, pero innegable". A principio de febrero, la película de Salles conquistó el Goya a mejor producción iberoamericana. Seleccionada en más de cincuenta festivales internacionales la película continúa acumulando premios (entre ellos el del mejor guion en el Festival de Venecia) y batiendo récord de taquilla en Brasil (más de 5 millones de espectadores solo en Brasil).

Dirigida por Walter Salles

El director Walter Salles –Globo de Oro a la mejor película en 1999 con 'Estación Central' y Óscar a la mejor canción original en 2004, interpretada por Jorge Drexler en 'Diarios de Motocicleta'– mandó leer una carta de agradecimiento en la gala de los Goya. "'Aún estoy aquí' una película sobre la memoria de una familia durante la larga noche de la dictadura militar en Brasil".

El filme narra cómo la desaparición del ingeniero y exdiputado Rubens Paiva (secuestrado, torturado y asesinado por los militares en 1971) deja un agujero en la vida de su mujer Eunice Paiva (interpretada por Fernanda Torres y en la parte final por su madre, la mítica Fernanda Montenegro) y sus cinco hijos. Primero, buscan con ahínco a Rubens Paiva. Al final, tras décadas de intentos, consiguen que el estado reconozca que está muerto (1964 -1985).

El director brasileño Walter Salles recoge el Goya a la Mejor Película Iberoamericana en febrero de 2025.

El director brasileño Walter Salles recoge el Goya a la Mejor Película Iberoamericana en febrero de 2025. / Matias Chiofalo / Europa Press

Cuando la política invade un hogar feliz

¿Dónde reside la fuerza del fenómeno de 'Aún estoy aquí'?, ¿en el hecho de que la película está basada en el libro del mismo título de Marcelo Rubens Paiva, hijo del propio Rubens Paiva?, ¿por qué está sensibilizando a crítica y público de todo el mundo?, ¿por qué la extrema derecha brasileña intentó boicotear la película?, ¿por qué ha provocado un movimiento sísmico en el gigante sudamericano y está acelerando políticas públicas de memoria histórica?.

La crítica de cine Alissa Wilkinson de 'The New York Times' sintetizó en el título de su texto el tema de la película: "cuando la política invade un hogar feliz". 'Aún estoy aquí' –escribe Wilkinson– es "un retrato conmovedor sobre cómo la política perturba y remodela el ambiente doméstico y cómo la solidaridad, la comunidad y el amor son el único camino viable para vivir en la tragedia". En la primera parte de la película, retrata la cotidianidad de una familia feliz en el barrio de Leblon, en Río de Janeiro, entre escenas playeras y fiestas de clase media en las que niños, adolescentes y adultos bailan los hits de la época (Serge Gaingsbourg, Gal Costa, Caetano Veloso, Tim Maia).

Sensación de "familiaridad"

El veterano escritor y periodista cultural Ronaldo Bressane destaca la sensación de "familiaridad" que el filme transmite. "Esa familiaridad rima con el primer tercio de la película, en el soleado Leblon de los años 1970. La precisa reconstrucción de época me dio la sensación de conocer de cerca a aquellas personas. Los objetos, el mobiliario, la decoración emulan un lugar como el que yo tuve. Sin embargo, esa familiaridad se desvanece cuando Rubens Paiva es secuestrado y el filme adopta un aire siniestro: es como si una realidad extraña engullese la película", afirma Rolando.

El periodista elogia la precisión de algunas escenas de la película. De entre todas, se queda con una: cuando Eunice Paiva está presa en una celda y escucha a alguien canta una canción de samba imbuida de esperanza: samba, agonizas pero no mueres / alguien te socorre / antes del último suspiro. "En esa escena, lo familiar y lo extraño están juntos, descolocados, causando dolor al revelar el sentido oculto de la película. La esperanza de la canción es funesta, porque sabemos que Rubens Paiva no será rescatado, que el sol de Leblon se puso para siempre y que aquella noche va a durar veinte años". Por su parte, la crítica de cine brasileña Flávia Guerra destaca que 'Aún estoy aquí' aspira a "tener veracidad y ese grado de lo real". Destaca cómo eso se refleja en la "fotografía granulada del filme y en las actuaciones naturales del reparto".

La familia protagonista de 'Aún estoy aquí'.

La familia protagonista de 'Aún estoy aquí'. / Vértigo / EFE

La interpretación de Torres

Tras la gira de veinticinco días que Fernanda Torres realizó en Hollywood, la revista Vanity Fair la entronó como icono global. La revista recuerda al mundo que la mujer de 59 años que llama a la puerta de los Óscar tiene una reconocida trayectoria que ya la llevó a ganar en Cannes el premio a la mejor interpretación femenina en 1986 por 'Eu sei que vou te amar', entre otros galardones conseguidos en diferentes festivales y premios que la han situado en la estela de su madre, Fernanda Montenegro, otra actriz muy premiada que cuenta con un Emmy Internacional por su interpretación en 'Doce de Mãe' (2013) y un Oso de Plata en el Festival de Berlim por 'Estación Central' (1998).

En Brasil, Fernanda Torres es una estrella familiar, omnipresente en piezas de teatro, series, películas, programas televisivos. Su faceta de escritora explotó con su primera novela, 'Fim' (2013), de la que vendió más de doscientos mil ejemplares. La novela, publicada en español por Alfaguara en 2016, está protagonizada por decadentes personajes masculinos y anticipaba sutilmente la llegada del bolsonarismo. La relación de Fernanda con la escritura es polifacética: escribe crónicas, novelas, monólogos teatrales, guiones de cine y de televisión, adaptó 'Fin' para una miniserie...

La crítica nacional e internacional ha sido unánime al elogiar la interpretación de Fernanda Torres. Alissa Wilkinson de The New York Times escribió que Torres, con sus ojos "inquisitivos y magnéticos", "aturde" con su performance y entrega en su actuación "todas las capas de emociones". Justin Chang calificó en The New Yorker que "la actuación de Torres es una maravilla de contención expresiva, cada mirada mezclando descrédito horrorizado y autocontrol meticuloso". En Brasil, la crítica ha destacado que Fernanda Torres ha alcanzado su cénit interpretando un papel dramático, habiendo sido la comedia su género habitual.

Revisitar la dictadura, políticas públicas

'Aún estoy aquí' ha tenido un poderoso efecto colateral: reabrir el debate sobre la dictadura brasileña. Algunos de los grandes medios que un día definieron el golpe militar de 1964 como revolução y la dictadura como una suave ditabranda sin represión están divulgando los horrores de un periodo oscuro que torturó al menos a veinte mil personas. El músico Caetano Veloso, que estuvo preso durante la dictadura militar, hizo una emisión emocionante en Instagram elogiando la película: "Lloré tanto viendo la película. Fui preso durante la dictadura. Detenido, luego encerrado, después exiliado. Fue un sufrimiento... "

Una de las consecuencias no previstas de 'Aún estoy aquí' es la modificación del certificado de fallecimiento de Rubens Paiva. El certificado que Eunice Paiva consiguió en 1996, uno lo los momentos más emocionantes de la película, fue modificado el pasado 13 de diciembre, incluyendo la siguiente frase: "muerte no natural, violenta, causada por el Estado brasileño en el contexto de persecución sistemática a la población identificada como disidente política del régimen dictatorial instaurado en 1964". La Comisión Especial sobre Muertos y Desaparecidos Políticos (CEMDP), extinguida durante el gobierno de Jair Bolsonaro, ha ordenado que los certificados de fallecimiento de los 202 muertos de la dictadura sean corregidos. Los 232 desaparecidos durante el régimen militar tendrán finalmente derecho a un certificado de fallecimiento. "Vamos a entregar todos los certificados a las familias, buscando el apoyo de los parlamentos de los estados y de los gobiernos locales. Queremos que incluso los gobernadores entreguen, cuando sea posible, estos certificados a las familias, para que tenga repercusión en los medios de comunicación y las redes sociales", asegura en conversación telefónica a este medio Nilmário Miranda, Asesor especial de Defensa de la Democracia, Memoria y Verdad del Ministerio de Derechos Humanos y Ciudadanía.

Lucha por la memoria histórica

Miranda, que estuvo preso durante la dictadura y ministro de derechos humanos en el primer mandato de Lula, reconoce el "papel fundamental" de 'Aún estoy aquí' en la lucha por la memoria histórica: "Rompió la burbuja y alcanzó a las nuevas generaciones, que no sabían que el Estado mataba a una persona con una vida normal, apenas por sus posiciones políticas. El arte tiene ese papel, toca el alma y el sentimiento de la gente". A su vez, Miranda destaca a este medio que el gobierno está trabajando en la construcción de memoriales, a imagen y semejanza del Memorial de la Resistencia de São Paulo, un museo construido en un edificio en el que se detenía y torturaba a disidentes políticos durante la dictadura. "Por la celda en la que estuve preso en 1982 en São Paulo, pasan ahora cien mil visitantes al año", matiza.

'Aún estoy aquí' ha representado un alivio para el propio presidente Lula. El intento de reconciliación de Lula con los militares tras la jornada antidemocrática del 8 de enero de 2023 que depredó la sede de los tres poderes en Brasilia supuso cierto congelamiento de las políticas de memoria historia. Los familiares de los desaparecidos de la dictadura denunciaron que la presidencia no respondió a su petición de ser recibidos por Lula el 30 de agosto de 2024, Día Internacional de los Desaparecidos. Tras el huracán de la película, el escenario ha cambiado. "Quiero intentar transformar 2025 en el año en defensa de la democracia contra la extrema derecha y los fascistas, para la juventud aprenda el valor de la democracia", dijo Lula a Fernanda Torres en su viral conversación telefónica. Un día después, en el acto oficial en defensa de la democracia celebrado en Brasilia, Lula realizó un guiñó a la película que está recolocando a Brasil y su cultura en el mundo tras el bolsonarismo: "Todavía estamos aquí. La democracia venció".