El incidente

La Academia de Hollywood condena la agresión de Will Smith: ¿puede el actor perder el Oscar?

  • Chris Rock con su broma y Will Smith con el mamporro de respuesta hicieron una exhibición de masculinidades tóxicas en la gala de los premios de Hollywood

Will Smith golpea a Chris Rock, en la gala de los Oscar.

Will Smith golpea a Chris Rock, en la gala de los Oscar. / REUTERS / BRIAN SNYDER

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Rafael Tapounet
Rafael Tapounet

Periodista

Especialista en música, cine, libros, fútbol, críquet y subculturas

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Idoya Noain
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Resulta una coincidencia bastante perversa que la noche en la que la Academia de Hollywood decidió dar la espalda a ‘El poder del perro’, una película que denuncia abiertamente lo tóxicos que pueden llegar a ser determinados estándares de masculinidad (el filme de Jane Campion convirtió en estatuilla solo una de sus 12 nominaciones), la ceremonia de entrega de los Oscar brindara una exhibición de masculinidades tóxicas tan cruda como el mamporro que Will Smith propinó a Chris Rock después de que este hiciera un desagradable comentario sobre la alopecia que padece su esposa, Jada Pinkett-Smith.

La bofetada de Will Smith en los Oscars abre el debate en internet. / Martha Jordan

Ridiculizar el aspecto de una mujer no parece la mejor idea para avanzar en ese camino hacia la igualdad que Hollywood ha venido publicitando desde que el estallido de la campaña #Metoo puso algo de luz sobre las escandalosas prácticas de acoso sexual que la industria del cine ha venido tolerando y amparando. Y que el marido de la mujer agraviada considere que es su deber reparar la afrenta con una agresión física y una amenaza -"mantén el nombre de mi esposa lejos de tu puta boca"- ya debería hacer saltar todas las alarmas.

Incredulidad

Eso es exactamente lo que ocurrió sobre el escenario del Dolby Theatre. Chris Rock sucumbió a la tentación de hacer un chiste a costa de la alopecia areata de Jada Pinkett-Smith y le dijo que estaba deseando verla en la segunda parte de ‘La teniente O’Neil’ (en alusión a la película de Ridley Scott en la que Demi Moore se rapaba la cabeza para entrar en una unidad de élite de los marines). Will Smith se levantó de su asiento con cara de tener muy pocos amigos y, ante la incredulidad del público, que creía estar viendo un gag previamente pactado, le soltó una contundente bofetada al cómico.

La escena resultó altamente desagradable, pero el discurso que se marcó Will Smith unos minutos después, tras recibir el Oscar al mejor actor principal, hizo muy poco por bajar el nivel de alarma. Smith, que ganó el premio por su interpretación de Richard, el padre de las campeonas de tenis Serena y Venus Williams, en ‘El método Williams’, vino a comparar su comportamiento con el de su personaje, un hombre obsesivo y controlador que sometía a sus hijas a intensísimas sesiones de entrenamiento desde los cuatro años, y soltó la perla definitiva al afirmar que "por amor, se cometen locuras", una máxima que cualquier maltratador suscribiría. En su parlamento, pidió disculpas a la Academia y al resto de los nominados, pero no al receptor de su implacable guantazo.

Un tibio comunicado

La Academia de Hollywood tardó horas en reaccionar. Y lo hizo con un tibio comunicado en el que afirmaba que la institución "no ampara la violencia en ninguna de sus formas" al tiempo que señalaba que los ganadores de la noche "merecían el reconocimiento" y blablablá. Para entonces, claro, las redes sociales ya se habían llenado de comentarios y reacciones que contrastaban con el silencio que la gran mayoría de los asistentes a la ceremonia guardaron respecto al incidente.

Solo este lunes, con la polémica creciendo, la Academia ha lanzado un nuevo comunicado mostrando su condena expresa de "las acciones del señor Smith" y anunciando la apertura de una "revisión formal del incidente" en la que dicen que explorarán "más acción y consecuencias según la ley de California" y sus propios reglamentos y "estándares de conducta".

En el gremio de los actores, uno de los primeros en expresar su repulsa fue Mark Hamill, que describió la escena como “el momento más feo en la historia de los Oscar”. Mia Farrow salió en defensa de Chris Rock asegurando que “solo era un chiste” y, además, “bastante inofensivo” para los estándares del cómico. El director Judd Apatow fue más lejos y, en un tuit que él mismo borró más tarde, aseguró que Smith “podía haber matado” a Rock. “Eso es pura rabia y violencia incontrolada”, añadió. La cómica Kathy Griffin deploró la práctica de “subir a un escenario para agredir a un comediante” y se preguntó “quién querrá ahora ser el próximo Will Smith en los teatros y clubes de comedia”.

La policía, al corriente

Pero más allá de las declaraciones, habrá qué ver si la acción de Smith tiene consecuencias. El Departamento de Policía de Los Ángeles ha asegurado que está al corriente de lo sucedido y que si “el individuo agredido” (Chris Rock) desea denunciar los hechos, se abrirá “una completa investigación policial”. Rock ha declinado por el momento presentar cargo alguno.

¿Y la Academia? ¿Puede desposeer a Will Smith de su Oscar e incluso de su condición de miembro? De acuerdo son sus estatutos, sí podría hacerlo. “No hay lugar en la Academia para ninguna persona que abuse de su estatus, poder e influencia de una forma que viole los estándares reconocidos de decencia”, afirmó recientemente la directora general de la institución, Dawn Hudson, en una entrevista a la revista ‘Variety’. Y el comunicado del lunes abre la opción de tomar medidas disciplinarias contra el actor.

Will Smith abofetea a Chris Rock en la gala de los Oscar. / REUTERS / BRIAN SNYDER / VÍDEO: EFE

 

Horas antes de ese comunicado Whoopi Goldberg, que es miembro de la junta de gobernadores de la Academia y que ha presentado la gala en varias ocasiones, ha asegurado en el talk show en que participa que “habrá consecuencias, sin duda”, pero justo antes había dicho: “no vamos a quitarle ese Oscar”.

Aplausos, bailes y silencio

La reacción al incidente provocó desde el primer momento conmoción. Según ha contado una fuente de la industria a 'The New York Times', entre bambalinas hubo “serias conversaciones” sobre la posibilidad de expulsar a Smith del Dolby, algo que obviamente no sucedió. Y Smith fue celebrado, con aplausos, por la mayoría de los asistentes cuando recogió su premio.

Luego muchos no quisieron hablar sobre lo sucedido en las fiestas posteriores y se refugiaron en el clásico “no comment” o tras el escudo de sus publicistas. Mientras, Smith acudió a la celebración de 'Vanity Fair' y, con su familia, entre abrazos y felicitaciones y selfies, se entregó al baile. “Ha sido una noche hermosa”, le dijo, aparentemente sin un ápice de ironía y en una valoración extraordinaria de la velada, a Scott Feinberg, un periodista de ‘The Hollywood Reporter’.

Impacto negativo en la comunidad negra

Aunque lo sucedido ha provocado un torrente de análisis y reacciones, conversaciones que van de la masculinidad tóxica al patriarcado, tiene también un claro componente racial. El recurso a la violencia física y verbal para responder a un insulto “refuerza estereotipos sobre las personas negras”, lamentaba en unas declaraciones también a Feinberg Roger Ross Williams, miembro negro como Goldberg de la junta de gobernadores de la Academia, que lloró tras ver el enfrentamiento y dijo que el desencuentro debería haberse resuelto “en algún otro sitio, no en el escenario”.

Desde la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP por sus siglas en inglés), grupo de referencia en los derechos civiles en Estados Unidos, Janai Nelson expresó su lamento. “Sé que todos estamos aún procesando pero la forma en que la violencia casual se ha normalizado esta noche por una audiencia nacional colectiva tendrá consecuencias que no podemos siquiera comprender en el momento”, escribió en Twitter.

Sus opiniones contrastan con las de la actriz Tiffany Haddish, que en unas declaraciones a 'People' ha aplaudido la acción de Smith para “defender” a su esposa. “Al mundo puede no gustarle como sucedieron las cosas pero para mí fue lo más bonito que he visto nunca porque me hizo creer que aún hay hombres ahí fuera que aman y se preocupan por sus mujeres”.

También la congresista negra Ayanna Pressley, que ha hablado públicamente de su alopecia, tuiteó agradeciendo a Smith su acción y aplaudiendo “a todos los maridos que defienden a sus esposas viviendo con alopecia frente a los insultos diarios y la ignorancia”, aunque luego borró el tuit.

“Amor negro”

En septiembre del año pasado, en una entrevista concedida a la revista GQ, Smith había hablado de su último trabajo, ‘Emancipation’, un proyecto con Apple TV+ que se centra en la figura del protagonista de ‘Whipped Peter’, la fotografía de un esclavo con la espalda llena de latigazos que en su día ayudó a galvanizar la oposición a la esclavitud. El actor, que hasta este proyecto había rechazado participar en películas sobre la esclavitud, explicó que al principio de su carrera “no quería mostrar a la gente negra bajo esa luz. Quería ser un superhéroe. Quería describir la excelencia negra junto a mis colegas blancos”. Explicó también que consideró protagonizar ‘Django desencadenado’ pero acabó descartándolo porque “no quería hacer una película de esclavitud sobre venganza”. Y finalmente aceptó ‘Emancipation’ porque, aseguró, “aborda el poder del amor negro. Íbamos a hacer una historia sobre cómo el amor negro nos hace invencibles”.

También el año pasado, en noviembre, Smith publicó sus memorias, 'Will'. En ellas habla sobre la violencia con que su padre trató a su madre, recordando específicamente una agresión brutal de la que fue testigo cuando tenía 9 años, y el trauma que le creó. “En todo lo que he hecho desde entonces, los premios, la atención, los personajes, y las risas, ha habido un sutil hilo de disculpas a mi madre por mi inacción aquel día, por fallarle en aquel momento, por no enfrentarme a mi padre, por ser un cobarde”, escribe.

En el libro también relata cómo pensó en vengarse de su padre cuando este tenía cáncer y estaba en silla de ruedas. “De niño siempre me dije que un día me vengaría por mi madre. Me paré en lo alto de las escaleras. Podía tirarlo y fácilmente no enfrentar consecuencias”, escribe. “Gracias a Dios somos juzgados por nuestras acciones y no por nuestros estallidos internos impulsados por el trauma”.

Todo se lee, desde este domingo, de manera diferente.

 

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