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Opinión | Elecciones
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Un 'miniObama' para Nueva York

Recuerden esto que les digo: la banalidad se paga. Aunque, para acabar con una nota amable, no se puede negar que la victoria de Mamdani supone una pedorreta a Donald Trump

Mamdani planta cara a Trump: "Nueva York seguirá siendo una ciudad de inmigrantes y, desde esta noche, dirigida por uno"

Quién es Zohran Mamdani, el joven socialista y musulmán que ha ganado la alcaldía de Nueva York

Zohran Mamdani en la pasada noche electoral en un acto en Brooklyn.

Zohran Mamdani en la pasada noche electoral en un acto en Brooklyn. / ANGELINA KATSANIS / AFP

Es todo actitud. Como cuando ganó Barack Obama y 'The New York Times' celebró a cinco columnas que se habían “roto” las barreras raciales en Estados Unidos. Pues no. Barack Obama, como Zohran Mamdani, era joven, era guapo, comunicaba como los dioses y era étnicamente provocador. Pero no descendía de Martin Luther King ni de esclavos. Su padre era un africano de buena familia becado por los Kennedy para estudiar en Harvard. Su madre era blanca y de Hawaii.

No tenía experiencia política y eso se notó en su carismática pero errática presidencia. Le tomaron el pelo en Wall Street y con las primaveras árabes. Su ansiada reforma de la Sanidad se quedó en lo que se quedó. Su mayor aportación, insisto, fue la actitud. El país venía simbólicamente malherido del profundo descrédito de Bush hijo. Obama les dio orgullo y buena presencia. Por un breve tiempo, pareció que ser americano volvía a ser 'cool'. Conectó con jóvenes y blogueros.

Zohran Mamdani es un miniObama para Nueva York, adaptado a los nuevos tiempos. Dice que es socialista. Como si proclamarse socialista en USA fuera muy distinto de proclamarse Sagitario. En cuanto a ser musulmán: lo es de una manera muy descansada, muy 'woke'. Hijo de un admirador de Edward Said y de una directora de cine, la buena noticia es que Mamdani no representa a Hamás ni a los Hermanos Musulmanes, sino a una casta académica muy acomodada, por no decir comodona, que sin despeinarse ha empalmado postsovietismo ilustrado con antisemitismo de salón. Total, mientras los muertos los pongan otros.

Recuerden esto que les digo: la banalidad se paga. Aunque, para acabar con una nota amable, no se puede negar que la victoria de Mamdani supone una pedorreta a Donald Trump. Así como un reconocimiento de que la herida del 11-S se puede cerrar. Solo que esto último yo creo que es más mérito de la sufrida grandeza oculta de una sociedad, la americana, a la que deberíamos mirar menos por encima del hombro y con más respeto.

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