Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Opinión | SÍ, PERO NO

La resonancia de Junts

Qué gana y que pierde Puigdemont en su ruptura con Sánchez

El presidente de Junts, Carles Puigdemont, durante una rueda de prensa, en el espacio Les 5 Éléments, a 27 de octubre de 2025, en Perpignan (Francia). La ejecutiva de Junts, con Puigdemont al frente, ha acordado por unanimidad romper con el PSOE. La decisión deberá ser ratificada por la militancia en consulta interna este miércoles y jueves. Antes, la formación celebrará este martes un Consell Nacional en Barcelona para abordar la decisión acordada. 27 OCTUBRE 2025;PUIGDEMONT;CARLES PUIGDEMONT;FRANCIA;PERPIGNAN;JUNTS;RUEDA DE PRENSA;GOBIERNO;RUPTURA;PSOE;SÁNCHEZ Glòria Sánchez / Europa Press 27/10/2025. CARLES PUIGDEMONT;Glòria Sánchez;

El presidente de Junts, Carles Puigdemont, durante una rueda de prensa, en el espacio Les 5 Éléments, a 27 de octubre de 2025, en Perpignan (Francia). La ejecutiva de Junts, con Puigdemont al frente, ha acordado por unanimidad romper con el PSOE. La decisión deberá ser ratificada por la militancia en consulta interna este miércoles y jueves. Antes, la formación celebrará este martes un Consell Nacional en Barcelona para abordar la decisión acordada. 27 OCTUBRE 2025;PUIGDEMONT;CARLES PUIGDEMONT;FRANCIA;PERPIGNAN;JUNTS;RUEDA DE PRENSA;GOBIERNO;RUPTURA;PSOE;SÁNCHEZ Glòria Sánchez / Europa Press 27/10/2025. CARLES PUIGDEMONT;Glòria Sánchez; / Glòria Sánchez / Europa Press

Puigdemont inició su intervención del peor modo posible. “Hoy hace exactamente ocho años que el Parlament de Catalunya declaraba la independencia de Catalunya”, recordó. Al instante, una mayoría de catalanes revivió el desastre. Para los independentistas, el gran batacazo. Para los no independentistas, la extrema inquietud.

El anuncio solemne de la ruptura de Junts con el PSOE ha sido recibido con un cierto encogimiento de hombros. Ya hace mucho que los de Puigdemont van por libre en el Congreso. Sus recriminaciones al PSOE tampoco han sorprendido a nadie, es difícil que los socialistas puedan cumplir aquello que no depende exclusivamente de ellos. Como siempre, tras la retórica patriótica, la lógica partidista.

Junts contiene el aliento ante el avance de Aliança Catalana (AC). En la escenificación de la ruptura con el PSOE busca algo de aire (y retener votantes y alcaldes), pero el movimiento es un ‘sí, pero no’. Nada nuevo en la trayectoria de Puigdemont. En 2017, quiso convocar elecciones, pero se echó atrás incapaz de resistir las presiones a favor de la DUI. Tiró adelante la declaración de independencia, pero no se publicó en ningún órgano oficial. Animó a resistir, y apareció en Bruselas. Anunció su asistencia a la investidura de Illa, y protagonizó una yincana bochornosa.

Atrapado en la impotencia de Waterloo, Junts se desdibuja. Mientras la vieja alma convergente suspira por volver a ser el partido de las empresas, los tenderos y sus mejores clientes, el verbo irredento de Puigdemont lo hunde en la trinchera. Creen que AC es su amenaza, pero no deja de ser su resonancia.

En ‘El arte de la resonancia’ (Alba Editorial, 2025), la directora de teatro y ópera Anne Bogart ahonda en el impacto que puede tener una obra cuando despierta una vibración en el público que va más allá de la razón. Entonces, el mensaje se armoniza con el yo más profundo del espectador y hasta el latido del público llega a acompasarse. Las reflexiones de Bogart se extienden fuera de la escena. Recuerda cómo el eco de George Floyd - “No puedo respirar”- resonó en las entrañas de tantos y dio pie al estallido de empatía e indignación del Black Lives Matter. La mayoría de las personas desean ser vistas y oídas, apunta, pero la estrategia política dominante se empeña en invalidar el relato del otro y romper el diálogo.

En una suerte de vibración múltiple cargada de viejas reivindicaciones y nuevas utopías, el ‘procés’ consiguió resonar en amplios sectores de la población catalana. Pero cuando se desnudó la tramoya del engaño, la conexión se rompió. Junts eligió mantener viva la sintonía de la frustración, y lo hizo a través de la confrontación y el desprecio al resto de formaciones. Pero siempre hay quien puede ofender mejor y sin complejos. Hoy, el mensaje del odio de AC resuena con fuerza en el interior de muchos. Mientras los ‘sí, pero no’ de Puigdemont han desconectado a buena parte de su público. Es difícil sentirse visto y oído, en palabras de Bogart, cuando solo se asiste a un desconcertante juego partidista.

Suscríbete para seguir leyendo