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Opinión | Debate político
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Mazón en las gafas de Sánchez

Una vez más, cuando parecía transitar por el abismo, el presidente sale indemne de otro acorralamiento

Sánchez sale del Senado "contento" y "muy satisfecho" tras cinco horas compareciendo

Los escenarios de Mazón ante su momento más crítico: pacto con Feijóo, aforamiento y la incógnita Vox

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se quita las gafas en la comisión de investigación del caso Koldo en el Senado.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se quita las gafas en la comisión de investigación del caso Koldo en el Senado. / Eduardo Parra/Europa Press

A Pedro Sánchez le han bastado unas preciosas gafas ‘retro’ para convertir lo que el PP pensaba que era una emboscada de una comisión en una nueva palanca para fortalecerse. Una vez más, cuando parecía transitar por el abismo, el presidente sale indemne de otro acorralamiento, esta vez con unas lentes a lo Clark Kent, sugiriendo que, aunque nos aparezca con traje y gafas, él puede escapar siempre a lo Superman de las embestidas de la derecha rabiosa. En la comunicación de Sánchez nada sucede por casualidad. El presidente es hoy una fabulosa maquinaria mediática, que parece inspirarse en el ‘aikido’, este arte marcial en el que se usa la fuerza del oponente para defenderse con más vigor. Cuanto más ataca el PP, sin criterio ni inteligencia alguna, más fuerte se siente Sánchez. Tanto es así, que la comisión que supuestamente debía asestar el golpe de gracia al Gobierno ha servido para dejar todavía más en evidencia la incapacidad proverbial de Feijóo para construir una oposición mínimamente decente. Porque, en realidad, el problema del PP no tiene solo que ver con su infantil y estéril estrategia de ir gritando “Váyase, señor Sánchez” cada día, desde hace ya más de dos años. Su auténtico drama es que no tiene ninguna credibilidad moral: el partido de la Gürtel, campeón en las olimpiadas de la corrupción, no tiene ninguna autoridad para hablar de sobres en dinero negro o para exigir a nadie comportamientos éticos.

Esta semana, la encerrona a Sánchez llegó solo un día después de que el PP protagonizara uno de los días más ignominiosos de la democracia española. En el solemne funeral de Estado de las víctimas de la dana, Feijóo no pudo evitar que el presidente sátrapa, que todavía no sabemos qué hizo durante dos horas mientras morían ahogadas más de 200 personas, tuviera la desfachatez de presentarse delante de los familiares afectados sin que se le cayera la cara de vergüenza. Porque mientras el PP nos sigue taladrando con la mujer, el hermano y los prostíbulos de Sánchez, es incapaz de explicarnos por qué este andrajo político llamado Mazón sigue todavía en su cargo, humillando con su sola presencia la dignidad de las víctimas y de las instituciones. Lo último que hemos sabido de este saltimbanqui es que la tarde de la tragedia canceló dos llamadas desesperadas de su consejera Pradas, a las 19.10 y las 19.36, cuando su súbdita trataba de comunicarse con él para enviar la alerta que tantas vidas hubiera podido ahorrar. Y es que poco a poco, la insobornable y valiente jueza de la dana está logrando que el agua de la verdad vaya llegando al cuello de Mazón. Nada es más devastador para el PP que la cascada imparable de hechos que van descubriéndose de aquel fatal 29 de octubre de 2024, porque le despoja de todo poder moral. Esta semana las gafas de Sánchez, sacadas de la chistera como un conejo comunicativo, han servido de espejo para reflejar la vileza de los que tenía enfrente.

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