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Opinión | Rodalies al azar

Te ha tocado un tren

La lotería es Renfe, y los usuarios, los involuntarios participantes de un sorteo en el que se pierde mucho más que en cualquier Bonoloto

Un tren de Rodalies en una estación.

Un tren de Rodalies en una estación. / DAVID APARICIO FITA

La lotería es un juego de azar del Estado en el que se venden billetes, algunos de ellos premiados mediante un sorteo. Nunca había encontrado una definición tan precisa del servicio ferroviario de Rodalies en Catalunya. La lotería es Renfe, y los usuarios, los involuntarios participantes de un sorteo en el que se pierde mucho más que en cualquier Bonoloto. En la lotería de Rodalies, el premio gordo consiste en coger el tren que necesitas a la hora prevista y llegar a tu destino sin incidencia alguna, también a la hora prevista. Cuando eso ocurre, la persona usuaria respira aliviada, consciente de que su día podrá fluir con la bendita previsibilidad de un martes o un jueves cualquiera.

Pero la lotería, por definición, es azar: casualidad, suceso imprevisto y fortuito que nada tiene que ver con la costumbre. Y lo normal, en cualquier apuesta, es perder. Tampoco en eso se diferencia la lotería de Rodalies.

Los resignados pasajeros llevan años perdiendo trenes, salud y trabajo. Demasiada pérdida para tan poco premio. En Rodalies, el bombo en el que giran, chocan y se superponen las distintas formas del caos es tan grande que cuesta cada vez más creer en la posibilidad real de que existan trenes premiados con la normalidad. Para que salga un tren ganador, primero hay que meterlo en el bombo. Y sobrevuela una duda razonable que, tras años de falta de inversión, convoyes envejecidos e infraestructuras obsoletas, el premio no sea un espejismo.

Ahora, además, Rodalies suma la ilusión óptica al bombo de los desastres, con trenes que desaparecen misteriosamente de la pantalla informativa en la que estaban anunciados. ¿Recuerdan el mareante juego de la bolita escondida bajo el vaso? Aquí está tu tren, allí está tu tren, una vuelta por aquí, otra por allí… Abracadabra… ¿Dónde está tu tren? Quizás se trate de un homenaje a Harry Potter y exista una vía 9¾ mágica e invisible donde van a parar los trenes misteriosos. Quizás detrás de tanta magia, sorteo y azar no se oculte más que un truco, una trampa premeditada para conseguir un fin.

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