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Opinión | Declive

El canario francés

Si el declive francés es el canario en la mina, el desastre será para toda Europa, en un momento donde precisamente deberíamos sacar cabeza ahora que Donald Trump avanza para romper la democracia en América

Sarkozy, antes de ingresar en prisión.

Sarkozy, antes de ingresar en prisión.

Con Francia puesta contra las cuerdas ¿Qué va a ser de Europa? Del robo en el museo del Louvre al ingreso de un expresidente en prisión o a la minoría con la que gobierna Emmanuel Macron en un país de régimen presidencialista, nuestros vecinos parecen descender en espiral hacia un futuro inmediato muy incierto.

Ya no queda mucho espacio en Wikipedia para seguir añadiendo nombres de primeros ministros con cinco en un solo año, incluyendo las dos elecciones del actual Sebastián Lecornu. Pero seguro que la lista no ha acabado aquí. Las mayorías que dan poder al presidente para sacar adelante los proyectos más críticos se han esfumado y las encuestas dicen que dos de cada tres franceses consideran a los políticos fundamentalmente corruptos y la entrada en prisión de Sarkozy no hace más que confirmarlo. Por si fuera poco, crece el déficit económico en un país todavía consternado por la violación de más de 50 hombres a una mujer drogada por su marido. Los signos no pueden ser más desalentadores. Lo que está ocurriendo en Francia es la parábola de lo que el reciente Premio Princesa de Asturias de Humanidades, el filósofo Chul Han considera como la incapacidad de relacionarnos en lo que denomina la sociedad del cansancio. Un camino directo hacia el fracaso. No es extraño que en esas mismas encuestas a la opinión pública gala el 70% desee que Macron renuncie y se convoquen elecciones anticipadas. Esas mismas encuestas predicen el triunfo de la Agrupación Nacional de Marine Le Pen. La extrema derecha en Francia podría haber encontrado tras dos décadas arañando el poder la tormenta perfecta para alcanzarlo. Aunque ha endulzado su postura antieuropea, sigue siendo una ferviente seguidora de Vladimir Putin y considera que Ucrania está sometida a occidente, de la que no debería formar parte. Ojalá las predicciones no se cumplan, lo malo es que si el declive francés es el canario en la mina, el desastre será para toda Europa, en un momento donde precisamente deberíamos sacar cabeza ahora que Donald Trump avanza para romper la democracia en América.

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