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¿Puigdemont contra Sánchez?

Waterloo, acosado por Orriols y otros problemas, baraja la idea de dejar al Gobierno en 'vía muerta', votando contra todo. Pero no en un adelanto electoral que les dejaría sin la fuerza de sus siete diputados bisagra

El president de la Generalitat, Salvador Illa, con el líder de Junts, Carles Puigdemont.

El president de la Generalitat, Salvador Illa, con el líder de Junts, Carles Puigdemont. / ACN

La portavoz de Junts le soltó el miércoles a Pedro Sánchez que estaba llegando “la hora del cambio”. O sea, que Puigdemont podía retirarle el apoyo. En parte ya lo ha hecho pues Junts ya ha votado varias veces contra el Gobierno. ¿Entonces? ¿Puede ir más lejos y dejarlo caer, incluso con una moción de censura? Luego se supo que la cúpula de Junts se reunirá el lunes en Perpinyà y tomará “La Decisión”.

Para algunos analistas solo es ruido. Puro teatro. Pero quien no lo cree es Sánchez que -asustado- el viernes arrancó una declaración conjunta al Gobierno alemán -muy contrario a que el catalán sea reconocido lengua oficial de la UE- entreabriendo la puerta a esta posibilidad. Sánchez sabe que los siete diputados de Junts -aun sin votar una moción de censura- le pueden hacer la vida casi imposible. No ya con los Presupuestos, sino votando contra todo. Oficializando que el Gobierno no puede gobernar porque no tiene mayoría parlamentaria.

¿Por qué amenaza Puigdemont? Al expresident se le hace difícil entender -nunca ha comprendido la realidad española como demostró con la declaración de independencia de 2017- que si la ley de amnistía se aprobó en mayo de 2024 aún no pueda volver a Catalunya. Más cuando el Constitucional ya ha dicho que la ley es constitucional. ¿Puede creer -no es un fino jurista- que si presiona más a Sánchez el Constitucional resolverá antes el vidrioso tema de la malversación?

Y el exilio es muy duro. ¿Cómo dirigir un partido tan diverso desde tan lejos? ¿Cómo mantener ocho años Waterloo? Más tras haber perdido las elecciones de 2024 ante Illa y no haber conseguido que ni el PSC ni ERC le dejaran ser president pese a haber quedado segundo. El sí que se lo permitió a Sánchez tras las elecciones españolas de 2023. Convencido de su personaje, cree -o quiere creer- que Sánchez ha traicionado el pacto de investidura de aquel año. Y no solo no es president, sino que sigue sin amnistía.

Muchos alcaldes de Junts piensan que aparecer como los aliados del PSOE y de un gobierno progresista que defiende las bondades de la inmigración sería un suicidio electoral ante las elecciones municipales de la primavera de 2027

Y piensa que, si no vuelve rápido, cada día será más una página del pasado y Junts puede acabar diluyéndose. El fuerte ascenso en las encuestas del nuevo partido de la alcaldesa de Ripoll le hace temer que Junts sea castigado en las municipales de 2027. ¿Le puede pasar a Junts con Orriols algo parecido a lo que le ha sucedido al PP con Vox? Es lo que temen muchos alcaldes de Junts. Que seguir apareciendo como el partido que apoya a un gobierno del PSOE que predica las bondades de la inmigración sea un suicidio electoral. Pujol dijo que era catalán todo el que vivía y trabajaba en Catalunya. Pero fue en 1977 y se refería a inmigrantes españoles. Ahora estos alcaldes temen que el aumento de la inmigración magrebí -por otra parte, la mano de obra disponible para muchas industrias de la Catalunya central- les haga perder votos ante Orriols, que enarbola la bandera de una mayor firmeza frente a la inseguridad.

Puigdemont quería reaccionar y 'romper' con Sánchez. Pero ¿qué significa 'romper'? Puede ser hacerle perder muchas votaciones y proponer iniciativas -sobre los autónomos, la inmigración, el orden público- que le diferencien del PSOE. Aunque coincidan con el PP. Esto puede dejar a Sánchez casi en 'via muerta'… pero sin matarlo. A Puigdemont le conviene un Sánchez débil, pero vivo. Para arrancarle victorias a exhibir ante los suyos. Y Sánchez no quiere parecer moribundo. Por eso el 'acuerdo' con el Gobierno alemán que será de difícil concreción. Aunque Merz y Sánchez se necesiten - son el partido popular y el socialista más fuertes de la UE-, la CDU alemana es socia del PP español. Difícil para Merz si Feijóo no quiere. Difícil para un Feijóo con miedo a Vox.

Sánchez tiene un lógico miedo cerval a la 'via muerta'. Pero es difícil que Puigdemont llegue a apoyar una moción de censura. O cualquier adelanto electoral. Su fuerza es la de sus siete diputados en Madrid que son -en este Congreso- la bisagra imprescindible. ¿Y si no lo fueran en el próximo? ¿Y cómo acabaría lo de la amnistía?

A Puigdemont le tocó el décimo de la lotería -siete diputados bisagra- y racionalmente no lo puede tirar. Pero Puigdemont es Puigdemont. En 2017 era president y cambió la Generalitat por Waterloo para no 'fallar' a su electorado independentista. Tampoco fue muy racional.

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