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Opinión | El mar alrededor

La protesta de mujeres islandesas que lo paró todo

El 50 aniversario de la primera huelga feminista del mundo llega a una Islandia que excepcionalmente cuenta con un elenco de mujeres al poder que ya han puesto los cimientos para que las nuevas generaciones estén preparadas para el salto tecnológico de la IA y la economía verde

Kristrún Frostadóttir y Halla Tómasdóttir

Kristrún Frostadóttir y Halla Tómasdóttir / Reuters / afp

El mejor lugar del mundo para ser mujer, así es conocida Islandia por sus políticas de impulso a la igualdad, celebra este fin de semana un aniversario histórico: el sábado se cumplen 50 años de la primera huelga mundial de mujeres, una protesta que paralizó el país literalmente con un 90% de seguimiento femenino. Sumarse a la huelga en aquel día de octubre de 1975 suponía dejar a niños y enfermos al cuidado de los hombres, no cocinar ni dar clases en la escuela ni llenar la nevera ni hacer recados, además de no ir al puesto de trabajo. Algunos dirán que al día siguiente esos espejismos desaparecen, cuando las mujeres vuelven a los fogones y las papillas, a zurcir pantalones de otros. Cuántas revoluciones que prometían mejoras quedaron en nada. Pero no fue así, y cinco años después tenían en el poder a la primera presidenta de una república en el mundo, y no en un cargo efímero, porque Vigdís Finnbogadóttir se mantuvo ahí durante 16 años.

Las leyes por la igualdad de género, salarial y las ayudas para la conciliación fueron pioneras y el milagro islandés se arraigó en la isla indómita, de hielo y fuego, hasta nuestros días. Si la brecha salarial en 1975 era del 40%, ahora ronda el 20% y lidera desde hace más de diez años el índice global de igualdad de género.

Los 50 años de esa protesta llegan con una Islandia que excepcionalmente cuenta además con un elenco de mujeres al poder, desde la presidenta más joven, la empresaria Halla Tómasdóttir, hasta la primera ministra Kristrún Frostadóttir, pasando por una alcaldesa en la capital, Reikiavik , una jefa de la policía nacional y fuerte ascendente en otras áreas a partir de las ministras de Justicia, Asuntos exteriores, Sanidad y Asuntos sociales.

Miles de islandesas hacen huelga contra la brecha salarial y la violencia de género.

Miles de islandesas hacen huelga contra la brecha salarial y la violencia de género. / Archivo

Ese es el camino, pero para andarlo con firmeza se ha de asfaltar bien y avanzarse a los retos del futuro. La Inteligencia Artificial, la economía verde y los empleos STEM son la clave para que los logros alcanzados en el lejano norte y en los países que le siguen a la zaga, como España, no pierdan pie ante los nuevos escenarios que se dibujan para la fuerza laboral. Los islandeses ya hacen los deberes y cerrar la brecha digital es una de sus prioridades: la segregación en el empleo, porque hay más mujeres empleadas en los cuidados y sectores de la administración que en los tecnológicos, es un problema a medio plazo para las islandesas.

Plan de choque para el futuro

En estos dos últimos años han implementado un plan que promueve la presencia de mujeres en la ciencia y la tecnología, de apoyo a startups, universidades y formación especialidad con eje de género como palanca para consolidar la igualdad económica y de acceso a las mejores oportunidades de futuro, del que ya han conseguido aumentar un 25% de inclusión femenina en carreras STEM y las denominadas nuevas industrias. Han aumentado también un 30% el número de mujeres emprendedoras en programas públicos y pueden presumir de enfrentarse con una alta resiliencia tecnológica en equidad ante lo que viene. ¿En qué situación nos encontramos nosotros? Mirar al laboratorio islandés sigue siendo estratégico para la justicia social a la que aspiramos, y su inspiración debe coger más fuelle que nunca 50 años después de la protesta que lo paró todo.

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