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Opinión | Latinoamérica
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Venezuela se mueve

Hay factores decisivos que permiten imaginar que el escenario que domina la región desde 1999, cuando Chávez llegó al poder, puede estar cambiando para siempre

¿Quién es María Corina Machado, la líder opositora venezolana que ha ganado el Premio Nobel de la Paz 2025?

Trump lanza otro ataque frente a costas de Venezuela contra una embarcación que acusa de narcotráfico y mata a seis hombres

Leonard Beard.

Leonard Beard. / 5

Si la observación con el foco de larga distancia acostumbra a ser necesaria en cualquier análisis de la realidad, lo es especialmente cuando se trata de la geopolítica. Sobre todo porque los grandes conflictos producen tanto ruido inmediato que dificultan la radiografía precisa de la realidad. El caso de Oriente Medio es de manual: con la lupa pequeña, el pesimismo acostumbra a imponerse, arrastrado por cualquier circunstancia bélica, pero con la lupa grande, el cambio de paradigma de Oriente Medio ya es un hecho incuestionable. Todo ha cambiado en la región, los equilibrios han mutado, las nuevas alianzas han surgido con fuerza y, a pesar de las dificultades, los factores de inestabilidad permanente -con Irán como eje central- se han desactivado, a excepción de Gaza, donde queda el peldaño más difícil: el desarme de Hamás. Es evidente que hay un largo camino por recorrer antes de encontrar una salida adecuada a los retos planteados, desde la cuestión palestina hasta la normalización de relaciones con Siria o Irán, o los nuevos Acuerdos de Abraham. Pero la maquinaria se ha puesto en marcha. El mapa ya no será nunca más como era antes del 7 de octubre de 2023.

Si el polvorín de fuego de Oriente Medio está viviendo un terremoto insospechado hace dos años, e imposible de imaginar desde 1948, algo parecido está pasando en la zona central de América Latina. Se mueve Venezuela y, con ella, la pieza central de toda la telaraña bolivariana. También aquí hay factores decisivos que permiten imaginar que el escenario que domina la región desde 1999, cuando Chávez llegó al poder, puede estar cambiando para siempre. Y si añadimos Cuba como pieza central del rompecabezas, el movimiento sísmico que se puede desencadenar se remonta a 1959. También aquí la lupa grande desmiente a la pequeña, sobre todo porque las alianzas del régimen con el narco -que dominan las estructuras de poder- y la represión sistémica que impone a la población, pueden dar una imagen de resiliencia e impunidad. Aun así, mirado con prisma grande, los síntomas van en la dirección contraria: un proceso de decadencia del régimen de Maduro que podría andar en paralelo -con las lógicas diferencias- al proceso que siguió el régimen de los Assad en Siria. Es prematuro hacer conjeturas que todavía no estas avaladas por los hechos, pero todas las variables se están posicionando en la misma dirección: el final del chavismo.

¿Cuáles son estas variables? La primera, la consolidación definitiva de la oposición liderada por María Corina Machado, que ha barrido el resto de las fuerzas opositoras, la mayoría neutralizadas por los pactos que han hecho con el régimen. A diferencia de los demás, Machado no ha pactado, no se ha ido, no ha hecho concesiones y ha ejemplarizado, con su coraje, la determinación del movimiento que barrió en las elecciones de 2024. Es la líder indiscutible tanto en el interior del país como en la percepción exterior, y el premio Nobel que le han otorgado remacha su condición de liderazgo. El día que María Corina Machado dé el pistoletazo de salida de la gran revuelta ciudadana el régimen tendrá la primera estocada, tal vez el principio de su final. Así me lo decía Omar González, uno de los cuatro escapados de la embajada de Argentina en Caracas, y miembro del 'comando' directivo: "cuando María Corina lo pida, un millón de venezolanos saldrán a la calle”. La cuestión es si esta revuelta ciudadana está cerca.

Lo puede estar, si se analizan el resto de variables que interactúan en la región. De entrada, la presión creciente de EEUU, no solo con los bombardeos en el Caribe de las lanchas de droga venezolanas, sino también dentro de Venezuela, donde todas las informaciones apuntan a una frenética actividad de la inteligencia norteamericana en el interior del país. Pero si el ruido de Trump es significativo, el silencio de Putin -principal aliado del régimen- lo es todavía más. Parecería que Rusia está haciendo con Venezuela lo mismo que hizo con Siria, dejarla caer, tal vez porque Maduro ya es tan tóxico que ha dejado de ser útil. Y si se produce la revuelta ciudadana de Machado, no es previsible que Putin haga nada. Venezuela puede caer, y esta es la pieza que reventaría todo el rompecabezas bolivariano. Es prematuro hacer cábalas, pero quizás en este otro punto de la región, también se está empezando a cerrar un capítulo de la historia.