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El tiempo dirá el ganador real

El tiempo acabará poniendo a todos en su lugar; pero, mientras tanto, el dato más objetivo: los accionistas del BBVA han sido los que han salido ganando en las últimas 24 horas

BBVA se anota una subida del 6% en la primera sesión post opa y el Banco Sabadell retrocede un 6,8%

El IBEX cae el 0,88 % por las dudas sobre la banca de EE. UU., mientras BBVA se dispara

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El BBVA ha sido la excepción en el mercado en medio de la caída generalizada de los valores de la banca a nivel global, afectados por las dudas sobre la estabilidad de algunos bancos regionales en Estados Unidos. En España, las acciones de la entidad se revalorizaron un 6% frente a caídas del 3,4% del Santander, del 3,12% de Caixabank y de un 6,8% del Banc Sabadell.

¿Cómo puede ser posible? Es la pregunta que puede hacerse cualquier persona que haya seguido los avatares de la opa, finiquitada este jueves con el anuncio de que solo una cuarta parte de los accionistas del Sabadell querían unirse al BBVA.

De victoria agria a derrota dulce. Podría ser el otro titular. El tiempo acabará poniendo a todos en su lugar; pero, mientras tanto, el dato más objetivo: los accionistas del BBVA han sido los que han salido ganando en las últimas 24 horas. Otra cosa es qué puede ocurrir con la evolución de las acciones y con el futuro de la cúpula directiva, que dependerá de la estrategia que decida el banco y su capacidad de convencer a los inversores a medio plazo.

El BBVA tuvo la oportunidad de arrojar la toalla hace meses. El orgullo se lo impidió. Había razones para retirarse. La oposición de la mayoría de las instituciones, los obstáculos que iban generando el ógano que regula la competencia (CNMC), más la oposición del Gobierno del Estado y la propia Generalitat de Catalunya, iban creciendo. Se llegó a hablar más de identidades y emociones que de argumentos racionales. Mucho tiempo dedicado a una causa que se iba complicando en un mundo, el financiero, donde cada minuto puede representar ganar o perder miles de euros. Una condición necesaria de cualquiera de los grandes inversores institucionales es la certidumbre en las expectativas de futuro y la estabilidad en las apuestas que realizan.

¿Creía realmente Carlos Torres, presidente del banco vasco, su predicción de que obtendría el aval de más del 50% de los accionistas? ¿O fue la especulación de que habría una segunda opa, con mejora del precio y pago en efectivo, que promovió la abstención de los inversores institucionales a última hora?

En el negocio financiero sigue habiendo espacio para todos los tamaños porque la diversidad de los clientes obliga a ello. Mientras el BBVA tendrá que decidir su futuro como banco global y si quiere participar en un proceso de fusiones transnacionales; el Sabadell deberá decidir en qué espacio geográfico quiere enfocar su negocio. Puede seguir creciendo solo en España o puede intentar liderar una fusión amistosa con algunos de los bancos medianos que le siguen por detrás en el ránking, empezando por Unicaja.

El examen lo validará el precio de la acción y su capacidad para recuperar la resaca. Los accionistas del Sabadell, también los minoritarios, pueden ser los primeros en pedir explicaciones si el valor no supera pronto los 3,39 euros que ofrecía el BBVA, una vez repartidos todos los dividendos extraordinarios que ha anunciado. Claro que Josep Oliu, presidente del banco catalán, puede decir aquello de que me quiten lo bailado.

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