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Opinión | En clave europea

Pulso presupuestario en la UE

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. / OLIVIER HOSLET / EFE

La mayoría del Parlamento Europeo rechaza el proyecto de marco presupuestario plurianual 2028-2034 de la Unión Europea (UE) de 2 billones de euros, presentado en julio por la Comisión Europea. La mayoría de los grupos parlamentarios se oponen frontalmente a la pieza central del proyecto de sumar en un megafondo de planes nacionales de 865.000 millones los diferentes programas dedicados a las ayudas agrarias, pesca, fondos regionales, fondo social e inmigración, que actualmente tienen capítulos presupuestarios diferenciados y separados. Desde el Tribunal de Cuentas de la UE se advierte también que el proyecto diseñado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acentuará la opacidad sobre el uso del dinero europeo.

La percepción de todos esos fondos incluidos en los planes nacionales quedaría además supeditada a que los gobiernos apliquen las reformas, ajustes presupuestarios y recortes que le imponga la Comisión Europea. Los grupos parlamentarios rechazan asimismo la marginación de las autoridades regionales y locales en el diseño y aprobación de los fondos regionales y de cohesión, que en el futuro estarían centralizados por los gobiernos nacionales y la Comisión Europea, según la propuesta de Von der Leyen.

El grupo popular –la misma familia a la que pertenece Von der Leyen y la mayoría de los comisarios– amenaza con sumarse a la iniciativa de los socialistas y otros grupos para rechazar preventivamente el proyecto en la sesión parlamentaria de noviembre tras dos meses de infructuosas negociaciones. "Si la Comisión Europea continúa ignorando nuestras demandas, el rechazo es inevitable", advirtió el 15 de octubre Siegfried Muresan, principal negociador de los populares.

Sector agrario

El grupo socialista, segunda fuerza parlamentaria, subraya que el proyecto de Von der Leyen socava los objetivos de cohesión social de la UE, agravará la desigualdad social y regional y dañará al sector agrario, esencial para preservar la seguridad alimentaria, en una carta remitida el 16 de octubre a la presidenta de la Comisión Europea.

Los grupos parlamentarios quieren mantener en capítulos separados tanto los fondos agrarios, como los fondos regionales y de cohesión. El Parlamento Europeo ya adoptó el 10 de septiembre una resolución en la que exigía a la Comisión Europea que la política agraria común de la UE no debe ser integrada con otro fondo o formar parte de una dotación financiera más amplia usada por los estados miembros para objetivos distintos de la agricultura.

El nuevo modelo presupuestario de Von der Leyen introduce tal grado de opacidad que impediría saber en qué se ha gastado realmente el dinero europeo, estima el Tribunal de Cuentas de la UE. El proyecto "reduce los controles" y "la trazabilidad del dinero", explica su miembro finlandés, Petri Sarvamaa, que acusa a la Comisión Europea de "jugar con las palabras" para disimular esa opacidad. El marco presupuestario de Von der Leyen "tiene un limitado foco en los resultados, sin información en los costes reales de los proyectos y no deja claro realmente qué se va a obtener con el dinero", precisa Sarvamaa.

Control democrático en riesgo

Los cuatro grupos parlamentarios que sustentan políticamente a la Comisión Europea –populares, socialistas, liberales y verdes– consideran que la propuesta de Von der Leyen en la práctica busca socavar el legítimo control democrático del Parlamento Europeo sobre el gasto público de la UE y sus poderes de codecisión. Estos cuatro grupos proeuropeístas también critican que Von der Leyen quiere utilizar el futuro marco presupuestario para renacionalizar las políticas europeas a través de los cuestionados planes nacionales.

Ante la firmeza parlamentaria y el riesgo de una debacle política para la Comisión Europea, su vicepresidente para políticas de cohesión, Raffaele Fitto, se mostró por primera vez abierto a "mejoras" en una reunión con eurodiputados y representantes regionales el 16 de octubre. Pero fue desmentido poco después por una fulminante declaración de la Comisión Europea.

Al presentar el proyecto de marco presupuestario 2028-2034, Von der Leyen hinchó las cifras al citar las cantidades revalorizadas con la inflación estimada de aquí a 2034, en lugar de la práctica tradicional de utilizar las cifras a precios actuales (2025), que reducen el importe global del marco presupuestario de 1,98 billones a 1,76 billones. Von der Leyen disimuló así el recorte del 30% en las ayudas agrarias y del 34% en los fondos regionales para subir el gasto militar.

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