¿Jubilarse a los 62 años?
Macron intenta salvar su presidencia con un pacto con los socialistas por el que renuncia a su reforma liberal más emblemática: subir la edad de jubilación a los 64 años
Lecornu acepta suspender la polémica reforma de las pensiones para salvar su Gobierno

El presidente francés, Emmanuel Macron, en una imagen de archivo. / CHRISTOPHER NEUNDORF / EFE
Francia sufre una grave crisis económica. Este año crecerá solo un 0,7%, menos que el 1,2% de la zona euro y el 2,9% de España. Con un déficit público (5,4%), muy superior al 3% permitido por la UE. Y con una deuda pública del 115%. Los mercados le exigen intereses más altos que a la deuda griega y los franceses pagan al fisco el 55% de sus ingresos. Conclusión: hay que reducir con urgencia el déficit público y no pasarse con los impuestos.
Pero Francia no puede porque desde las elecciones anticipadas de 2024 Macron no tiene mayoría en el Parlamento y su Gobierno no puede aprobar presupuestos. La Asamblea Nacional está partida en tres bloques y ninguno tiene mayoría. La extrema derecha de Marine Le Pen, la coalición de izquierdas -con Mélenchon y los socialistas a la greña- y los centristas -diversos- que apoyan a Macron. Y ya tres primeros ministros -el conservador Barnier, el centrista Bayrou y el macronista Lecornu- han cesado al no poder aprobar unos presupuestos que la extrema derecha y la izquierda dicen que favorecen a los ricos. ¿Qué hacer? Unos piden elecciones legislativas -sin garantías de que el bloqueo se supere- y los insumisos exigen que Macron se vaya y adelante las elecciones presidenciales. Sería una gran crisis de régimen, pues en Francia el presidente de la República es una especie de rey, pero con mucho poder. Y desde 1969 ningún presidente ha dimitido. Entonces lo hizo el general de Gaulle, poco después de la revolución de mayo del 68.
El gobernador del Banco de Francia dice que Francia ya no es un motor de Europa sino el furgón de cola. La crisis económica es insoluble porque no hay mayoría para aprobar un presupuesto, lo que empeora la economía. ¿Cómo salir del laberinto? Macron -muy desprestigiado- prioriza la estabilidad. Ha renombrado a Lecornu para sacar un presupuesto. Como sea. Pero Marine Le Pen y los insumisos de Mélenchon ya han presentado otra moción de censura. Y la única forma de intentar salvarla ha sido un pacto de último minuto entre Lecornu y los socialistas.
No ha sido fácil. Aunque Macron fue ministro de Economía del socialista Hollande, sus caminos divergieron desde su elección como presidente en 2017 y, más aún, desde su reelección de 2022, con menos apoyos, contra Marine Le Pen. El objetivo de Macron era liberalizar la economía y bajar el gasto social -superior a la media del euro-, pero la rebelión de los chalecos amarillos y el covid dispararon el déficit. Y tras ser reelegido en 2022 se empeñó -pese a haber tenido muchos votos de izquierda contra Marine le Pen- en subir la edad de jubilación. En Francia es de 62 años, algo excepcional, pues en mucha Europa está ya en los 67. Parece sensato haberla alargado a 64 años (él quería 65). Pero fue un cambio muy impopular. Muchos franceses estaban en contra, los de izquierdas que le había votado como mal menor se sintieron traicionados, y los sindicatos -incluso la moderada CFDT- hicieron varias huelgas generales y grandes manifestaciones. Macron la sacó, pero con fórceps. Y contra Francia, pues los que votan extrema derecha más los de izquierdas -juntos- son mayoría.
Y para intentar salvar la actual moción de censura Lecornu ha pactado con los socialistas congelar la jubilación a los 64 años hasta después de las próximas presidenciales. Hasta 2028. Con un coste de 2.200 millones. Macron entierra así su reforma más emblemática, renuncia a acercar la edad de jubilación a la europea y enerva a la coalición que le apoya, más a los más conservadores. Macron y Lecornu creen que la prioridad es la estabilidad. Razonan que la inestabilidad podría ser más cara.
Pero surgen cuatro grandes preguntas. Una, ¿cuánto durará una estabilidad cosida con alfileres? Dos, ¿se pueden hacer reformas, necesaria pero impopulares, sin mayorías sólidas y contra gran parte de la población? Tres, ¿el precio de la estabilidad puede ser que los franceses se sigan jubilando a los 62 años, algo que -cuando la vida se alarga- parece casi un disparate? Cuatro, ¿es hoy de izquierdas defender los 62 años?
Macron cree que así salva una crisis de régimen, pero su presidencia -que aspiraba a que Francia volviera a ser el faro de Europa- acaba intentando evitar una catástrofe. Sin garantías.
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