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Opinión | El mar alrededor

El momento de la mujer en Japón

Japón ocupa el puesto 118 de 148 en brecha de género en el índice del Foro Económico Mundial, y la llegada de Sanae Takaichi al gobierno del país puede marcar un punto de inflexión

Sanae Takaichi

Sanae Takaichi / JIJI PRESS / EFE

Sanae Takaichi es la primera mujer elegida para liderar el partido del Gobierno en Japón y es firme aspirante a dirigir el país por primera vez en la historia, el Parlamento debería ratificarla este viernes por ser la candidatura con más posibilidades. El paso de gigante, en todo caso, ya está dado en un Japón conservador donde no hay precedentes de una lideresa tan poderosa en la política. Su elección tiene reminiscencias a las oportunidades que disfrutaron otras mujeres en el planeta siempre en momentos críticos de gobierno, como fue el caso de Theresa May, que lideró el Reino Unido tras el batacazo del Brexit que se llevó por delante a David Cameron,  Kamala Harris, que asumió una candidatura a la presidencia de Estados Unidos contrarreloj y con un clima político muy polarizado o la elección de Susan Ley al frente de los conservadores australianos hace solo unos meses en una decisión también histórica en las Antípodas, y que llegó en el peor momento en las encuestas para el Partido Liberal. 

Japón arrastra una crisis importante inflacionista y necesita una terapia de shock, tras una etapa de fuerte inestabilidad y altísimo déficit público que llaman a la instauración de medidas drásticas para la población.

El precipicio de cristal puede estar ahí, pero me gusta pensar que son las situaciones excepcionales las que ponen a prueba liderazgos, llevan a pensar ‘out of the box’ y a arriesgar apuestas, lo que en definitiva es una oportunidad de oro para hacer palanca y cambiar el mundo con una buena sacudida. ¿Que la han catapultado para que se estrelle ella? En el proceso su nombre ha dado la vuelta al mundo, sus opciones son de fuego real en una contienda ideológica y tiene todo el derecho a fracasar como lo han hecho durante generaciones numerosos líderes políticos masculinos.

Dama de hierro

 Así las cosas su llegada al poder, si se consuma como todo apunta, puede convertir a Takaichi en una primera dama de hierro, como ya la llaman por sus guiños a las políticas de Margaret Thatcher pero también por su pasión por Iron Maiden y el rock heavy metal.

Las expectativas de Sanae Takaichi son especialmente importantes para la representación de la mujer en el poder en el país nipón, donde la sucesión al trono también está atascada por el veto a las mujeres, y el rol tradicional de las japonesas lucha por cambiar. Cada vez hay más mujeres que apuestan por la soltería, más mujeres en el mercado laboral, pero aún así Japón ocupa el puesto 118 de 148 en brecha de género en el índice del Foro Económico Mundial, y apenas el 14,6 % y el 16,1 % de los puestos parlamentarios y directivos en el país están ocupados por mujeres.

La cultura japonesa también presume de abanderar con el manga y el anime de fenómenos donde los personajes femeninos cada vez tienen más peso y aceptación, no en vano las aventuras de Frieren, una maga elfa, dominan el 'mainstream' del género, y obras corales como 'Kimetsu No Yaiba', 'Gachiakuta' o 'Chainsaw man' han dado aire a las mujeres y sus capacidades, con roles más empoderados.

Takaichi puede no llevar la bandera feminista, pero se ha mostrado especialmente volcada en defender mejor atención médica a las mujeres y también su conciliación, al prometer medidas para compensar los cuidados familiares que tradicionalmente pesan sobre ellas y deben derivar. El avance ya es imparable, y toda la sociedad se beneficiará de esta actualización política en el país del sol naciente, siempre en un complicado equilibrio entre la más apabullante modernidad y las costumbres más arcaicas.

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