Ayuso abortada
El mar de fondo de este lío es la guerra civil interna entre Feijóo y Ayuso, cada vez más violenta y menos soterrada
Ayuso cierra la puerta a elaborar un registro de objetores al aborto: "No voy a hacer una lista negra de médicos nunca"
Sánchez esgrime contra Ayuso la carta de Feijóo sobre el aborto

Lucía Feijoo Viera
“¡Váyanse a otro lado a abortar!”, vocifera Ayuso. Es la última astracanada del independentismo unilateralista madrileño, este misterioso movimiento político que se presenta como la verdadera oposición a Sánchez, pero que en realidad no es más que un lobi para destruir a Feijóo y recuperar el poder en la calle Génova. La última ocurrencia de la presidenta ha sido negarse a tener un registro de médicos objetores al aborto tal como exige la ley. Algunas autonomías del PP se habían hecho durante algún tiempo las remolonas a la hora de crear el registro, pero ya solo queda una aldea abiertamente insurrecta, la minúscula Galia de derechas madrileña, que practica la desobediencia típica de cualquier secesionista. El enésimo numerito de Ayuso pone sobre la mesa el espinoso asunto del aborto, el terreno resbaladizo y extremadamente incómodo sobre el cual Feijóo quiere pasar de puntillas y lo más rápido posible, consciente de que en el PP es una peligrosísima bomba de relojería. En su último congreso, el líder popular consiguió que la polémica ley de plazos ni siquiera se debatiera, porque si hay algo que le produce pánico es que Sánchez se quede el carril central de defensa amplia de un derecho por donde circula una aplastante mayoría de la sociedad española y su partido quede relegado así a la cuneta cutre y casposa por donde ahora quiere llevarlo Ayuso. Como era previsible, Feijóo tuvo que salir a matizar con una misiva que quería hacer una media imposible entre el pensamiento moderado y el reaccionario y le sirvió en bandeja a Pedro Sánchez su tuit soñado: “Isabel, Alberto tiene una carta para ti”.
El mar de fondo de este lío es, por supuesto, el ciclón ultra 'anti-woke' que, amplificado por Trump y sus seguidores, arrasa a las pocas derechas que todavía aspiran a ser moderadas, y también la guerra civil interna entre Feijóo y Ayuso, cada vez más violenta y menos soterrada. Estamos todavía en la fase de los desmentidos implícitos, como ha sucedido con el aborto, pero no es descartable que cualquiera de estos roces derive pronto en un enfrentamiento abierto y fatal, como sucedió con la muerte súbita de Pablo Casado. Porque cuando Ayuso grita “¡Váyanse a otro lado a abortar!”, no se lo dice ni a los partidos de izquierda, ni a las mujeres que ella desprecia, ni siquiera a Pedro Sánchez: se lo grita a Feijóo y a todos los estrategas del partido que todavía aspiran a quedarse algo del centro político. El único objetivo de la presidenta es arrastrar con ella todo el PP hacia los extremos confines de la Faes y de Vox, enlazar con la ola ultra global y culminar el golpe de estado, cada día menos blando, que está gestando desde hace tiempo esta masa viscosa compuesta por jueces, medios y políticos a partes iguales. En resumen, todo este circo repugnante alrededor de un derecho tan serio como el del aborto no va de la vida, como pretende Ayuso, sino del puro y duro poder. La última arremetida ha sido abortada, nunca mejor dicho, pero tengan por seguro que lo volverán a intentar.
Suscríbete para seguir leyendo
- Ojo con los detergentes de lavavajillas: los pediatras alertan de su relación con la salud intestinal y el aumento de alergias en niños
- Un informe impulsado por Vilajoana apunta que el Barça es el club más endeudado de la historia del fútbol europeo
- Los Premios Princesa de Asturias, cada vez más distanciados de la sociedad
- Así están las encuestas de las elecciones en la Comunidad Valenciana
- Javier Niederleytner, agente financiero y profesor del IEB: 'Quien tenga hipoteca variable no va a ver grandes alegrías en 2026
- Un profesor de instituto en Catalunya cobra 2.713 euros brutos, 521 euros menos que en el País Vasco
- Los 'expats' encuentran en el nuevo barrio del puerto de Badalona una alternativa a Barcelona: 'Aquí se vive tranquilo y seguro
- Las dos sentencias ya están en liza antes de que el juicio al fiscal general se declare 'visto para sentencia
