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Opinión | GATO ADOPTIVO

Debilidad por las chistorras

José Luis Ábalos y Koldo García, cuando el primero era ministro.

José Luis Ábalos y Koldo García, cuando el primero era ministro. / Manuel Bruque / EFE

Si nos paramos a pensar, hay muchas razones por las que una empresa puede decidir pagar en efectivo a sus empleados: porque se trata de un trabajo informal, porque están en una zona rural y no tienen acceso a un sistema bancario, para soslayar las comisiones de los bancos, porque es urgente realizar el pago, porque se trata de una propina o porque es una práctica local o cultural, muy arraigada en algunos países y regiones. Y luego, claro está, la de evitar declarar esos pagos y tener que justificar la procedencia del dinero, con las engorrosas consecuencias fiscales que conlleva ser legal.

Desconocemos cuál es la explicación en el caso del PSOE y sus pagos en sobres con el membrete del partido a Ábalos y Koldo, aunque el propio ex ministro ha admitido que se trataba de una forma habitual de funcionamiento en Ferraz con todos sus trabajadores. Lógico, ir al banco, sacar en el cajero -por ventanilla ya es imposible si no avisas de antemano- dinero en metálico y meterlo en un sobre para el empleado de turno es mucho menos lioso que hacer una transferencia desde la app de la entidad bancaria. El PSOE sólo ha dicho oficialmente, hasta ahora, que no existe indicio alguno de financiación irregular del partido, y es cierto que el informe de la UCO no se mete -por el momento- en ese berenjenal, por lo que cabe esperar que Ferraz aporte en los próximos días los justificantes que demuestran que ese dinero abonado en efectivo salía de cuentas corrientes convenientemente fiscalizadas.

Puede ser una coincidencia que el PSOE pagara en efectivo a sus empleados, como es el caso del secretario de Organización y de su asesor en jefe, y las conversaciones reveladas por la Guardia Civil entre Koldo García y su mujer, Patricia Uriz, sobre las ‘chistorras’, los ‘soles’ y las ‘lechugas’. Ese trajín de dinero en efectivo que cambiaban por billetes pequeños en un supermercado podía deberse a un interés sincero de la pareja por preservar las transacciones económicas tradicionales y no sucumbir a los bancos: Koldo y Patricia entregados al trueque.

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