Opinión | CORTO Y AL PIE
Gemma Martínez

Gemma Martínez

Directora adjunta de EL PERIÓDICO DE CATALUNYA

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El AVE, una ratonera que asfixia a Adif

Cientos de personas esperan la salida de su tren en la estación de Atocha en Madrid.

Cientos de personas esperan la salida de su tren en la estación de Atocha en Madrid. / ISABEL PONCELA / EFE

Adif y Ouigo intensifican su enfrentamiento por el caos ferroviario enquistado en la España de la alta velocidad. El gestor público de infraestructuras culpa a la operadora privada del último episodio que interrumpió el tráfico entre Madrid y Andalucía durante más de 15 horas. Un tren de la empresa inmovilizado por una avería bloqueó la circulación, se convirtió en una ratonera para el resto de convoyes y saturó la catenaria, según Adif. Ouigo rechaza este relato y acusa a Adif de tener infraestructuras incapaces de soportar una parada temporal de un tren.

Las descalificaciones mutuas, desafortunadas y estériles, hacen un flaco favor al servicio ferroviario y a los usuarios, desesperados por los retrasos y las cancelaciones. En vez de dedicarse a colaborar y buscar soluciones, eluden el problema de fondo, multiplican la desinformación y aumentan la polarización, al dar alas a los políticos que utilizan el tren como dardo electoral. La vicepresidenta primera del Gobierno y candidata socialista a la Junta de Andalucía, María Jesús Montero, es un buen ejemplo y, con una intención política indisimulada, ataca a Ouigo por un supuesto «sabotaje».

El sistema ferroviario español, estratégico para la economía y para la movilidad de la población, merece una investigación profunda de lo sucedido que permita responder a los múltiples interrogantes que todavía están abiertos. ¿El material rodante desencadenó el caos o fue el estado de las infraestructuras? ¿Es inevitable que múltiples trenes se detengan a la vez en un tramo tan corto y se agolpen en las vías? ¿La catenaria estaba preparada para atender la demanda eléctrica de todos estos convoyes detenidos? ¿La atención a los usuarios, que cada vez más desconfían del sistema ferroviario español, fue rápida y suficiente?

Antes de hablar de sabotaje, es urgente averiguar lo sucedido, rendir cuentas y revisar los protocolos para prevenir crisis futuras.Además, cabe realizar una reflexión sobre el gestor del sistema ferroviario, asfixiado por las incidencias, y sobre el estado de las infraestructuras.

Suscríbete para seguir leyendo