Opinión | Partido Popular
Andreu Claret

Andreu Claret

Periodista y escritor. Miembro del Comité editorial de EL PERIÓDICO

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Un congreso para echar a Sánchez

Todas las energías de los más de 3.300 compromisarios del PP van a concentrarse en precipitar el momento que permita por fin echar al inquilino de la Moncloa

Feijóo confirma a Miguel Tellado como secretario general del PP y aúpa a Ester Muñoz a portavoz en el Congreso

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, reúne a sus barones en Junta Directiva Nacional, este lunes, en Madrid. EFE/ Javier Lizon. sust txto

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, reúne a sus barones en Junta Directiva Nacional, este lunes, en Madrid. EFE/ Javier Lizon. sust txto / Javier Lizon / EFE

Los congresos de los partidos suelen servir para definir su estrategia política. Si, además, este partido no ha celebrado congreso ordinario desde hace una década, como es el caso del Partido Popular, todavía más. Pero, en la política española actual, nada es ordinario. Ni el congreso del PP, ni el comité federal del PSOE que se celebran el próximo fin de semana, en explosiva coincidencia. En España, todo está condicionado por la extrema polarización que vive el país, ahondada por los casos gravísimos de corrupción que han afectado a dirigentes relevantes de la cúpula socialista. En consecuencia, sería absurdo pedirle a Alberto Núñez Feijóo que celebre el congreso de su partido como si no pasara nada. Los populares, y no solo ellos, han olido a sangre, y en política, como en los toros, la sangre nubla la vista y anuncia la muerte de alguien. De ahí que a este congreso del PP no se le pueda reclamar mucha luz sobre el futuro del partido o del país. Si la aritmética parlamentaria no lo ha permitido, y las gestiones con los socios del gobierno tampoco, pese a la situación crítica que vive el PSOE, es el momento de preparar la acometida definitiva. El momento de un trueno que acoquine al propio Sánchez, que agrande las dudas y la disensión en su partido, y que le plantee a sus socios una disyuntiva difícil de soportar. De ahí que todas las energías de los más de 3.300 compromisarios del PP vayan a concentrarse en precipitar el momento que permita por fin echar a Pedro Sánchez de la Moncloa.

Se trata de que la trinchera que caven los socialistas durante el comité federal del sábado quede arrasada el mismo domingo por las conclusiones del congreso del PP. Puede que Feijóo no lo tenga tan fácil como piensan sus seguidores. Sin embargo, la yuxtaposición de un congreso pacificado, en el que la voz de Isabel Díaz Ayuso sirva para galvanizar al partido sin inquietar a su líder, y de un comité federal marcado por la zozobra de los casos Cerdán, Ábalos y Koldo juega a su favor. Sería absurdo que dejara escapar la oportunidad, como lo sería que considerase ya ganada la batalla. Por si había alguna duda sobre cómo ve Feijóo el momento político, quedó despejada por el nombramiento de Miguel Tellado como secretario general y de Ester Muñoz como portavoz parlamentaria. Ambos forman parte de la fuerza de choque necesaria para tumbar a Sánchez. Poco se hablará en este congreso de economía, pero a los populares ya les viene bien. Tampoco será el momento de aportaciones sustanciales a la paz en Ucrania, al fin de la masacre en Gaza, o a la estabilidad en Oriente Próximo, pero teniendo en cuenta cómo las gasta Donald Trump, tampoco les viene mal. Así es la lucha política. Llegar al poder le llevó a Sánchez a alianzas impías. Algo parecido puede pasar con Feijóo, si no cambia de rumbo en Catalunya y Euskadi, y llega a la Moncloa de la mano de Vox. Pero esto, ahora, son menudencias. Para el PP, son las cinco de la tarde y empieza el tercio de la muerte

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