Opinión | GATO ADOPTIVO

Ferran Boiza

Ferran Boiza

Director adjunto de EL PERIÓDICO

Cerdán, inicio y ¿final? de la legislatura

Santos Cerdán accede este lunes al Tribunal Supremo.

Santos Cerdán accede este lunes al Tribunal Supremo. / José Luis Roca

El PSOE lleva tanto tiempo instalado en la creación de un relato paralelo a la realidad que su exsecretario de organización parece habérselo creído. Solo así se entiende la comparecencia de Cerdán ante el juez del Supremo. El que fuera número tres de Pedro Sánchez y capataz mayor de Ferraz confundió la sede del alto tribunal en la plaza de la Villa de Madrid con la sala de prensa del PSOE o la famosa M-30 del Congreso y tiró de argumentario ante el magistrado como si estuviera ante los periodistas. Que si todas las acusaciones de corrupción responden al «fango», que si es una «persecución política», que si no le perdonan que captara al PNV y Bildu para investir a Sánchez... No consta que afirmara ante el juez que las grabaciones en las que aparece han sido generadas por inteligencia artificial, como todavía este fin de semana sostenían desde su círculo, pero tan aprendido llevaba el relato que Pedro Sánchez ha tejido en el último año sobre la presunta corrupción de su entorno personal que llegó a decir que el próximo en caer será Bolaños por negociar la amnistía con Junts. Pero, claro, Cerdán no estaba ante la prensa, sino ante un juez del Supremo y el fiscal jefe Anticorrupción, que lo enviaron a prisión.

La realidad paralela, o la burbuja monclovita, en la que han vivido el Gobierno y el PSOE desde que el presidente abdicó cinco días está tan interiorizada que el propio Sánchez no tuvo empacho en levantar un muro, otro más, tras el encarcelamiento de Cerdán para defender que ha tomado decisiones y actuado con contundencia, por lo que ahora «es el momento de la justicia». Sánchez, quizás abducido por Yolanda Díaz, se puso de perfil para pedir que no se piense en el pasado. Y en el Palacio de Congresos de Sevilla, donde presidía la cumbre de la ONU, resonaron los palabras de Faulkner: «El pasado no está muerto, en realidad ni siquiera es pasado». 

En una cosa tiene razón Cerdán: sus gestiones con PNV y Bildu -y las de Bolaños con Junts y ERC- alumbraron la legislatura. La duda es si su ingreso en prisión pondrá fin al mandato de Sánchez.

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