Opinión | En clave europea

Eliseo Oliveras
Barcelona

Gasto militar, recortes y voto ultra

Trump promete hacer “pagar el doble” a España si no cumple con la OTAN

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Los líderes europeos de la OTAN se han comprometido, con la excepción de España, a incrementar el gasto militar anual hasta situarlo en el 3,5% del producto interior bruto (PIB) en 2035 y dedicar otro 1,5% del PIB a infraestructuras críticas y otras medidas que refuercen su capacidad defensiva. De este modo, se llega al artificial 5% del PIB dedicado a defensa con el que los líderes europeos han complacido el ego del presidente norteamericano, Donald Trump, para que Estados Unidos reafirmara en la cumbre de La Haya su “férreo compromiso con la defensa colectiva consagrado en el artículo 5” del Tratado del Atlántico Norte. La pieza esencial es el 3,5% del PIB dedicado al gasto militar stricto sensu. El otro 1,5% no plantea dificultades, ya que ahí caben las habituales inversiones en infraestructuras, control de fronteras, seguridad, innovación y apoyo a la industria.

La mayoría de los aliados europeos, con la excepción de Polonia, Grecia y los países bálticos, están muy lejos de ese objetivo de gasto militar del 3,5%. Alemania, Francia, Países Bajos, Suecia, Noruega, República Checa, Eslovaquia, Bulgaria y Rumania sólo llegaron al 2% en 2024, mientras que Italia, España, Bélgica, Portugal, Croacia y Eslovenia están por debajo del 2%, según la OTAN. El objetivo del 3,5% implica casi doblar los gastos de defensa para los países de la Unión Europea (UE), avisa Nick Witney del think tank proatlantista Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR). Pero los líderes lo asumieron sin explicar antes a sus ciudadanos de dónde piensan sacar esos cuantiosos fondos adicionales para el gasto militar.

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, fue el único que destacó que ese aumento del gasto militar implicaba un recorte inasumible del gasto social. Sánchez indicó que superar su objetivo de llegar al 2,1% del PIB en defensa obligaría a desviar 350.000 millones del gasto social al militar hasta 2032. Por el contrario, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, apoya recortar el gasto social. En un debate en el think tank Chatham House en Londres el pasado 9 de junio, Rutte aseguró que, si los países europeos no aceptan recortes sociales para aumentar el gasto militar, “será mejor que vayan aprendiendo ruso”.

En Europa existe ya un profundo descontento por la desigualdad, el coste de la vida, el precio imposible de los pisos y el deterioro en la sanidad, la educación y la seguridad. Si los gobiernos europeos aplican recortes en el gasto social para financiar el gasto militar darán un nuevo empuje electoral a la extrema derecha. Los recortes sociales del Gobierno laborista británico mientras dispara el gasto militar han provocado la rebelión de casi un tercio de sus diputados y han convertido al ultra UK Reform de Nigel Farage en la futura primera fuerza política del país, según el sondeo de YouGov.

Hay una correlación entre los recortes en los servicios sociales y el creciente respaldo a los partidos populistas, coinciden los expertos, como Armida Van Rij de Chatham House. El impacto negativo en los ciudadanos del aumento del gasto militar pactado dará un nuevo empuje al voto ultra, avisa Witney del ECFR. La revista norteamericana Foreign Policy incluso se pregunta si los líderes europeos que han aprobado ese objetivo en la OTAN seguirán en el poder después de que sus votantes sufran los recortes a causa de ese mayor gasto militar.

El ultra Partido por la Libertad de Geert Wilders ganó las elecciones en los Países Bajos en noviembre de 2023 después de 13 años de Rutte al frente del Gobierno, a causa de su política de austeridad y su insensibilidad a las quejas sociales. La ultraderecha ha sido la fuerza política más votada en las últimas elecciones legislativas en Italia, Países Bajos, Francia, Austria y Hungría y ya es la segunda fuerza política en Alemania, Polonia, Portugal, Bélgica, Suecia y Republica Checa.

Francia, Italia, Bélgica, Rumanía, Hungría y Eslovaquia están sometidos a un plan de ajuste por déficit público excesivo en la UE que los obliga a recortes presupuestarios. Francia debe efectuar un ajuste adicional de 40.000 millones en 2026 para reducir su déficit (5,1% del PIB) y deuda pública (114% del PIB). La opción de emitir deuda común de la UE para financiar el rearme militar es vetada por un grupo liderado por Alemania y Países Bajos. Hay estados, como Bélgica, que arrastrarán los pies sin cumplir el objetivo. Otros, como Italia, apuestan por la contabilidad creativa para inflar sus cifras.

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