Opinión | NADA ES LO QUE PARECE
Albert Sáez

Albert Sáez

Director de EL PERIÓDICO

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Grieta en los fundamentos de Pedro Sánchez

El presidente Pedro Sánchez con las ministras María Jesús Montero, Isabel Rodríguez, Pilar Alegría, Sara Aagesen, entre otros miembros del Gobierno

El presidente Pedro Sánchez con las ministras María Jesús Montero, Isabel Rodríguez, Pilar Alegría, Sara Aagesen, entre otros miembros del Gobierno / JOSÉ LUIS ROCA

La hipótesis que nos propone el presidente del Gobierno para analizar lo que acontece estos días es la siguiente: iban cuatro personas en un Peugeot y mientras las otras tres hablaban de sus cosas, Pedro Sánchez llevaba los auriculares puestos y no oía nada de lo que se decían entre ellos. Durante más de ocho años de relación tan intensa como la que se produce en un coche, ni una vez les escuchó decir nada que le sonara raro ni le pidieron algo que le resultó extraño. Hay que pensar que llevaba el volumen muy alto para creer lo que nos pide. Pero, imaginemos por un momento que le creemos. Que no pensamos que es 'Perro Sanxe' como le llaman algunos descerebrados. El tema sigue siendo muy grave porque las conversaciones que Sánchez no escuchaba eran un misil en la línea de flotación de dos elementos fundamentales de su llegada, consolidación y permanencia en el poder: la lucha contra la corrupción y el feminismo.

Sánchez llegó a la Moncloa gracias a una jugada de ajedrez diseñada por Iván Redondo aprovechando una condena al PP por corrupción. Y los mismos que guisaron aquel plato combinado con el voto prestado de los socios de Rajoy que dejaron de serlo al considerarlo un apestado, andaban haciendo lo mismo o incluso cosas peores. La caída de Ábalos y Cerdán por corrupción tiene un elemento de grieta irreparable en los fundamentos del sanchismo que crearon, consolidaron y mantuvieron a cualquier precio. Algo similar ocurre escuchando los comentarios machistas del trío del Peugeot que el presidente insiste que no escuchó jamás. Si se llegara a demostrar que ese talante fue el que se llevó por delante, por ejemplo, a Adriana Lastra cuando puso el hocico en los teje manejes del trío, el mazazo en esos fundamentos sería prácticamente irreparable. Dicen quienes han hablado con él estos días, que Sánchez tiene muy claro lo que tiene que hacer. Esperemos que ahora vaya sin auriculares y entienda que además del poder, hay otras cosas que mueven a los partidos políticos más allá del sectarismo: las ideas y los principios.

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