Opinión | Impuestos
Carles Francino

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Periodista

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Controlar el incendio

Los enemigos de la equidad fiscal, como de tantas otras cosas, ya llevan tiempo haciendo labor de zapa

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados, a 18 de junio de 2025, en Madrid (España).

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados, a 18 de junio de 2025, en Madrid (España). / Jesús Hellín - Europa Press

Para evitar que un incendio se descontrole, hay que atender a las señales de humo. Las llamas del último –y cutre- escándalo de corrupción han arrasado praderas enteras de confianza en la política. Pero lo peor es que han abierto un carril de autopista para que se nos cuele lo más tóxico de la antipolítica. Por ejemplo, el mensaje de que pagar impuestos es de gilipollas. Lo que ocurre es que esta música ya hace tiempo que suena y tal vez no le habíamos prestado mucha atención. Voy a contar dos situaciones reales, separadas tres años en el tiempo, miles de kilómetros en el espacio, y anteriores al terremoto provocado por el trío de la bencina, Koldo-Ábalos-Cerdán. Me las contó la misma amiga.

Almería, marzo de 2022. El precio de la gasolina escala hasta casi dos euros el litro; nuestra protagonista prepara los cien euros que calcula le va a costar llenar el depósito; y el empleado de la gasolinera le suelta: 

”Este dinero de más es el que se lleva Pedro Sánchez”.  

”No. Este dinero es el que se embolsa el tío que te paga una mierda por currar aquí”. (“Y ahora ponme la gasolina, imbécil”; esto no lo dijo, solo lo pensó).

Madrid, junio de 2025.  

Subirse a un taxi en plena ola de calor supone un respiro. Pero mi amiga se sorprende al llegar a las puertas del hospital.

”Ha subido un poco la tarifa, ¿verdad?”. 

“Ese dinero es de los impuestos que se lleva Pedro Sánchez”.

“No, señor, esos impuestos sirven para pagar la operación de mi hermana. ¡Y a mí me pone lo de pagar impuestos porque sé que estoy ayudando para esas cosas”.

“Hombre, visto así...”. 

“¿Y cómo coño se tiene que ver si no...?”.

Mi amiga es guerrera hasta el tuétano. Pero, además, lo que nos dicen esas estampas de vida cotidiana es que los enemigos de la equidad fiscal, como de tantas otras cosas, ya llevan tiempo haciendo labor de zapa. Y ahora les han dejado el balón botando para que rematen. Por eso hay que estar más atentos que nunca. Es probable que Sánchez acabe cayendo, porque es ley de vida cuando la cagas en algo tan grave, pero bajar los brazos ante motosierras y negacionistas es algo que no nos deberíamos permitir.  

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