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Josep Maria Fonalleras
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La discreción de Illa es portentosa. Causa maravilla y admiración, porque la trata como una propaganda comercial

Sánchez intenta levantar el ánimo del PSOE con una carta a las bases y pide "seguir adelante" tras el escándalo de Santos Cerdán

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una rueda de prensa, en la sede del PSOE de la calle Ferraz, a 16 de junio de 2025, en Madrid (España).

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una rueda de prensa, en la sede del PSOE de la calle Ferraz, a 16 de junio de 2025, en Madrid (España). / Alejandro Martínez Vélez - Europa Press

Hasta hace cuatro días, seguía todo el bullicio en torno a los señores Koldo Garcia y José Luís Ábalos con la intensidad de quien ha empezado una serie televisiva sin haberse quedado enganchado a ella. De vez en cuando, en una tarde de aburrimiento, quizá vuelves a verla, a ver si era cierto que se trataba de una serie tan buena y que has tenido un mal comienzo y que "mejor que vuelvas a verla, que te gustará". Pero no fue el caso. Todo lo que leía o salía publicado, desde las actividades fraudulentas de estos individuos hasta las grabaciones chapuceras de hombretones, desde las acusaciones a familiares de Pedro Sánchez a las grabaciones infames o a las prácticas oscuras de empresarios y las acusaciones contra la llamada policía patriótica, desde las proclamas acusatorias de la derecha y la extrema derecha hasta los azotes y el hostigamiento público contra el Gobierno de coalición de izquierdas, todo, me parecía el argumento de una serie de segunda división, un vodevil embebido de mala fe, de mentiras y subterfugios, que pasaba en un país lejano y del que sabía lo mínimo para no quedar mal en una conversación entre amigos.

Hasta que estalló la bomba Santos Cerdán. En ese episodio tan violento de la tercera temporada (o de la cuarta, ya he perdido la cuenta), en esta entrega impactante que cierra el círculo (hasta ahora, hasta lo que sabemos) de los subterfugios, las negaciones y los despropósitos de los individuos a los que me refiero, definitivamente me he enganchado a la historia. Pero he tenido que recurrir a una práctica habitual de los seguidores de series que quieren ahorrarse todo lo que no han visto (o no les interesó en su momento) para poder estar al día de lo que verán. "En episodios anteriores...". Ya lo tenemos. Un resumen básico y esencial que comienza con un personaje de tenebrosa trayectoria que avanza decidido hacia el poder, que continúa con otro tipo que consigue el poder y se beneficia y beneficia al primero, y con un tercer hombre que los ampara y también saca rédito, aunque asegura hasta el último instante, que él nunca lo haría. Y, en medio, una crisis colosal de un gobierno que, en la figura, del presidente, pide perdón y al mismo tiempo agita el estandarte de la guerra sucia (que está ahí, ciertamente) y despega hacia las cimas de un "país mejor y un mundo más justo", como ha escrito Pedro Sánchez en la carta a la militancia del PSOE.

La carta en cuestión se dirigió este martes a todos los militantes socialistas. En Catalunya, a los del PSC. La envió, por delegación, el primer secretario, Salvador Illa. Dice así: "Os enviamos una carta a la militancia del Secretario General del PSOE, en relación a las últimas noticias publicadas". No sobre los casos de corrupción en el seno del partido o sobre la crisis institucional. No. La discreción de Illa es portentosa. Causa maravilla y admiración, porque la trata como una propaganda comercial. Nada, viene a decir, que han salido unas noticias en los medios y que PS quiere decirte algo. Para que lo sepas. Quizás te interesa. Saludos.

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