
Profesora de los Estudis de Ciències de la Informació i de la Comunicació de la UOC

Elena Neira
Elena NeiraProfesora de los Estudis de Ciències de la Informació i de la Comunicació de la UOC
El 'streaming' impaciente
Querer resultados rápidos ha repercutido en temporadas cada vez más cortas, con menos episodios y la valoración de la continuidad en un lapso reducido
Rosamund Pike: "Fue David Fincher quien me dio la oportunidad de demostrar todo lo que tenía dentro"

Rosamund Pike (Moiraine) en la nueva temporada de 'La Rueda del Tiempo' / Prime Video
El 'streaming' es muy impaciente en lo que a series se refiere. Aquellas que no logran amasar una cantidad decente de visualizaciones en un plazo reducido (en la práctica, menos de un mes) suelen estar condenadas a la cancelación. Las decisiones de no renovar siempre son traumáticas, pero la decepción para los seguidores suele ser incluso mayor cuando la historia queda inconclusa.
Prime Video anunció hace unas semanas la cancelación de 'La rueda del tiempo', una serie de fantasía épica que adapta la saga de Robert Jordan. La decisión causó sorpresa, ya que la última temporada había recibido innumerables elogios. Lo más doloroso para los fans, según han hecho constar en redes, ha sido que no se le haya dado un final que cerrase de forma digna las tramas.
La cancelación ha sido el resultado de dos variables. De un lado, una inversión multimillonaria que no ha logrado los resultados esperados (en el caso de Amazon, conseguir muchas altas para el servicio Prime y cierto impacto cultural). De otro, el hecho de que la compañía haya adoptado una nueva línea editorial que aboga por otro tipo de productos (en especial, aquellos que no requieran semejante desembolso económico). Amazon, como productora del proyecto, tiene la última palabra a la hora de decidir sobre la continuidad de sus series. Y, al menos en este caso, le ha dado igual cómo vaya a afectar la insatisfacción generalizada de estos usuarios.
El 'showrunner', Rafe Judkins, reconoció en un post de Instagram que no tenía ni idea de por qué la serie había sido cancelada y lo devastador que estaba resultando asumir este final abrupto. Sobre todo, tratándose de una serie convertida en un proyecto en evolución constante para dar respuesta a una fuente literaria que consta de 13 libros y una precuela. “Uno de mis objetivos principales al hacer esta serie, incluso desde los primeros borradores del pitch, fue contar toda la historia. Porque los libros de 'The Wheel of Time' hacen lo que la televisión siempre ha hecho mejor: mejorar con el tiempo”, escribió Judkins. “A medida que nuestros actores y el equipo se sumaban al proyecto, ellos también podían ver el potencial si se nos permitía terminar esta historia increíble. Hicimos muchos sacrificios, tanto personales como creativos, en el camino para llegar a ese final, así que quedarnos cortos es como un golpe dramático para todos nosotros.”
La cancelación de 'La rueda del tiempo' también es un perfecto ejemplo de la aceleración y compactación que la ficción ha experimentado con la irrupción de las plataformas de 'streaming'. Querer resultados rápidos ha repercutido en temporadas cada vez más cortas, con menos episodios y la valoración de la continuidad en un lapso reducido. Hoy en día hasta se toman decisiones de renovación antes de que se estrene la nueva temporada. El resultado es una ficción rápida con escasa capacidad para dejar un poso que vaya más allá del mes y medio. Series de televisión de las que apenas recordamos nada cuando se estrena una nueva temporada. Las plataformas son impacientes en aras de la eficiencia: cada dólar invertido en un programa que no conecta rápido con la audiencia es una oportunidad perdida para captar nuevos clientes con otro estreno.
Para Judkins esto no hace sino ir en contra de aquello que es inherente a la narración serial: su capacidad para contar historias a lo largo del tiempo, para desarrollar narrativas complejas y para hacer que el espectador entable una relación estrecha y profunda con los personajes que ve en su pantalla.
Los fans ya se han movilizado para llamar la atención de otra cadena o plataforma, confiando en que alguien retome el proyecto. Aunque el milagro parece poco probable. La cancelación de 'La rueda del tiempo' no solo marca el abrupto final de una historia ambiciosa y en pleno desarrollo. También simboliza una crisis más amplia en el modelo actual de consumo televisivo. La obsesión por métricas inmediatas y retornos rápidos está dejando de lado el valor del relato sostenido. Mientras las plataformas prioricen la rentabilidad exprés sobre la fidelidad del público y la integridad narrativa, la televisión como arte de largo recorrido corre el riesgo de convertirse en un desfile fugaz de promesas truncadas. Tal vez sea momento de que la industria reevalúe su rumbo y vuelva a apostar por lo que hizo grande a la ficción seriada: la paciencia, el compromiso y el respeto por las historias bien contadas.
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