Opinión | El pataleo
Josep Pedrerol

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Periodista

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Un Mundial sin el Barça

Se puede ver el vaso medio lleno. Flick ha puesto la primera piedra para que el equipo azulgrana vuelva a estar entre los grandes

El Mundial de Clubs de los 1.000 millones: así convenció la FIFA a los equipos y aplacó a los futbolistas

Lamine Yamal, a l’arribada de la selecció a Múnic. | ÁNGEL MARTÍNEZ / RFEF

Lamine Yamal, a l’arribada de la selecció a Múnic. | ÁNGEL MARTÍNEZ / RFEF

La ausencia del Barça en el primer Mundial de clubes de la historia evidencia que el club ha sido prácticamente residual en Europa durante los últimos años. Lleva diez años sin ganar la Champions, cuando aún andaban por ahí Neymar y compañía, y además ha sumado una eliminación sonrojante en la Europa League. El precio es estar de vacaciones ahora mientras los mejores clubes del mundo lucen músculo y aspiran a llevarse un pastizal al final del campeonato que se disputa en Estados Unidos. Qué bien le habría venido a Laporta ese dinero para arreglar las maltrechas cuentas del club. El Madrid, que debuta el miércoles, se puede embolsar nada más y nada menos que ciento cincuenta millones de euros. Dinero suficiente para pagar a Huijsen, Carreras y Mastantuono, ese joven proyecto de crack mundial. Arnold, por cierto, ha llegado gratis. La Liga y la Copa son importantes, claro que sí, pero que el Barça vea este Mundial por la tele refleja bien a las claras que la Champions es el título que marca la diferencia en el fútbol actual. Y ahí, sin ningún tipo de discusión, el Madrid es el rey de reyes en la última década.

Este mes de vacaciones forzosas le va a pasar factura a Lamine Yamal, por cierto. Ya ha visto a Dembélé levantar la copa de Europa y ahora observa desde la distancia cómo, además, disputa el mundial con el PSG. Igual que Mbappé, el otro aspirante al galardón. La presencia de ambos en este fabuloso escaparate dificulta sobremanera las aspiraciones del chaval del Barça de ganar el Balón de Oro, a pesar de haber deslumbrado con su habilidad, desparpajo e imaginación. Pero también se puede ver el vaso medio lleno. Flick ha puesto la primera piedra para que el equipo azulgrana vuelva a estar entre los grandes. Su Barça ha recibido el reconocimiento de todos por su fútbol valiente y su juventud. Ahora falta rematar con títulos internacionales. En la memoria quedará que fue superior al Inter en semifinales, sí, pero también que la madurez de los italianos le ganó a la alegría de los nuestros. La vida es un aprendizaje constante y en este Barça queda mucho por aprender, pero a talento no les gana nadie. Paciencia.