Opinión | Servicios sociales
Mireia Del Pozo

Mireia Del Pozo

Premio Mundial Paz en Igualdad. Consultora de empresa

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Derechos de la infancia o cuando el sistema falla

Las víctimas. ¿Cómo están? Son la parte más importante. A quien tenemos que proteger y acompañar

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Façana de la seu de la DGAIA, a Barcelona. | MANU MITRU

Façana de la seu de la DGAIA, a Barcelona. | MANU MITRU

No es un hecho puntual. Ni aislado. Ojalá lo fuera. ¡Y encima hace huele mal!

Para defender a las personas solo sumando saldremos adelante. Sumando para multiplicar, unas y otros: ciudadanía, empresas y organizaciones públicas y privadas.

Implica tomar decisiones. Decisiones claras. Contundentes. Sentando precedentes. Desde la templanza y serenidad. Decisiones que den respuesta y solución. Decisiones que había que tomar hace tiempo. Y nadie tomó.

Exige claridad mental, espíritu crítico y resolutivo, a la vez que seguimiento con atención constante. Una atención que ha brillado por su ausencia.

No es momento de tirarnos los platos por la cabeza. Es momento de voluntad compartida, exigiendo que no quede solo en voluntad. La población lo pide a gritos. Es momento de actuar.

Me encantan las baldosas de Barcelona. Miro el suelo. Ando. Las veo. Son las 7,30 de la mañana. No hay mucha gente por la calle. Escucho a los pájaros. Nadie corre ni va con prisas. Es un regalo.

En el quiosco delante del Hospital Clínico paro. Siempre me han gustado los quioscos. Compro EL PERIÓDICO y me siento en una de las cafeterías. En la terraza. Al sol.

Hace 25 minutos que he salido de casa. Ahora está todo más animado. Las personas se apresuran para llegar a la hora allí donde vayan. Sonrío.

Las condiciones tienen que ser las más favorables a la hora de abrir el diario: empiezo a considerarlo un deporte de alto riesgo. Barbaries, problemas y desgracias, muchas. Buenas noticías, tan necesarias, dándonos vida, alegría y esperanza, pocas.

Hoy hablamos de Derechos Humanos. Hablamos de infancia. Hablamos de personas. Hablamos de seguridad, de protección y de bienestar. Aquí. En realidad, hablamos de la vulneración total y absoluta de todos y cada uno de estos derechos.

Abuso sexual de menores, prostitución, grabaciones, intercambio de dinero, drogas y plena conciencia por parte de los ejecutores de la minoría de edad de las víctimas. Tanto femeninas como masculinas.

Son palabras mayores. ¡Tengámoslo claro! Abuso perpetuado por los verdugos a sabiendas de conocer perfectamente la realidad. Lo que hacían. Con todo lo que significa. Actuando fuera de la ley. Siendo plenamente responsables. No hay excusa ni perdón.

Las víctimas. ¿Cómo están? Son la parte más importante. A quien tenemos que proteger y acompañar. A quien tenemos que dar respuesta urgente. La parte afectada. No nos olvidemos.

Lo han sido no por elección. No han hecho nada para serlo. Ni para merecerlo. No han provocado nada. De nada. Tengámoslo muy presente, es esencial. ¡revictimizar se tiene que acabar!

Arrastrarán los daños internos el resto de su vida. ¿Cómo se las resarcirá del infierno vivido? Vuelvo a preguntar: ¿cómo están?

Responsabilidades. O carencia de ellas. Brillando nuevamente por ausencia. DGAIA. Generalitat. Instituciones varIas. Públicas. Pagadas con las contribuciones de todo el mundo. Reclamaciones. ¿Dónde? ¿A quién? Esto es peor que 'el maestro armero'. Un pelotas fuera en toda regla.

Soy más de actuar, de hacer, que de criticar. Básicamente porque es una pérdida de tiempo, que ni lleva a ningún sitio ni hace avanzar. A no ser que sea una crítica constructiva importante.

Afortunadamente, siempre se puede hacer algo en positivo. Lo tenemos que hacer entre todas y todos. Y abriendo los oídos he escuchado el cambio: ¡el cambio de 'mindset'! 

'Mindset 'significa mentalidad, manera de pensar, actitudes, conjunto de creencias, conocimientos y emociones.

En la tabla de la derecha, cino hombres de media edad. Sector sanitario. En la mesa de la izquierda, tres hombres jubilados. En las dos mesas el tema de la conversación era el mismo.

Cierro el diario dispuesta a aprender. Detrás mis gafas de sol, enfundada bajo mi gorra y bolígrafo con libreta en mano, afino los oídos al máximo para escuchar a unos y a otros. Opiniones. Si. A pie de calle. No de comentaristas de la radio o TV. No de mujeres. De hombres.

Hombres de diferentes edades poniendo el grito al cielo. Todos y cada uno saben de qué va el tema. Todos y cada uno añade detalles. Nadie cree en la política. Quedan descansados. No salvan ni al apuntador. Todos contra la administración pública. Quién lo ha tapado y dejado llegar hasta extremos intolerables. Todos hablan de sus criaturas. Unos para ser padres. Otros para ser abuelos. Todos de acuerdo en el fracaso del sistema.

He visto el cambio. 'Mindset'. Me ha envuelto a lado y lado. Sonrío. Contenta. Respiro cambio de mentalidad. Cultural. Hombres haciendo un café. ¡Donde su único tema de conversación ha sido este! Algo imposible hace unos años.

Es el mes europeo de la diversidad. Así que toca ir a una escuela a impartir una conferencia. ¡Bien es verdad que nunca sabes por dónde te saldrá el alumnado! Siempre acabo pensando que aprendo más yo de ellos que ellos de mí.

Hoy me han dado una nueva lección. Arrebatadora. Sin saber cómo, sale el tema. Se ponen a hablar. A opinar. Y me toca afinar mucho los oídos, nuevamente, para no perder ninguna voz.

“En este país se puede hacer lo que se quiera”, “La impunidad es total y absoluta. Hagas lo que hagas, nunca pasa nada”. “Y después culpáis a la gente joven. ¡Pero si es el ejemplo que nos dais vosotros!”. “Podemos violar libremente. Somos menores de edad. Sabemos que no nos pasará nada”. “Los violadores menores de fuera, como mucho, están dos días detenidos y vuelven a salir, y al fin de semana siguiente repiten”. “Cuando se es de fuera... cuando es un político o alto cargo, cuando es un profesor...abuso de poder... cuando es un familiar, padres, abuelos o tíos”. Anotaciones que voy tomando al vuelo. Procurando que mi cara se mantenga impasible ante tanta crudeza. Directa y clara. Sin mala intención. Con una leve sonrisa, para que sigan hablando libremente. Ellas y ellos.

Cómo lo ven, cómo lo viven, qué piensan realmente. Solo estando a su lado, en confianza. Escuchando. No juzgando. “Dinero, comprar, dar miedo... aquí no pasa nunca nada”. “Por eso suben los extremos. Por lo que hacéis o no hacéis vosotros”.

Cuántas voces. Cuántas cosas feas. Al fin y al cabo, en realidad, ¡cuántos gritos de ayuda!

Me voy pensando en sus verdades. Como puños. ¡Y en cuánto tenemos por hacer! Convencida que es posible.

Las baldosas de la calle entrando a una empresa donde imparto formación contra el acoso y las violencias es un nuevo grito. Un nuevo 'mindset'. Donde al final de la sesión sale el tema.

Todas las voces a una lo transmiten claro: ¡la situación clama el cielo! No es un hecho puntual. Ni aislado. Ojalá lo fuera. ¡Y huele mal! Al Molt Honorable president de la Generalitat, al conseller de Justícia, a la consellera de Igualtat y a tantos otros. Decisión. Con unanimidad. Determinación y actuación.

Profesionalidad. Criterio, sensibilidad y rigor. Responsabilidad.

Prioricen, detecten. Vayan a la raíz y a todos sus tentáculos. Acaben con esta lacra de una vez.

Necesitamos un resultado. Sólido y estable.

En realidad, todo el mundo quiere vivir en paz. ¡Pues hagámoslo!

Por que un mundo mejor, junto a las personas, sí es posible. Mi razón de ser. Y tú también puedes aportar y sumar. ¡Cambiando de mentalidad todo es posible!

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