Opinión | NADA ES LO QUE PARECE
Albert Sáez

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Director de EL PERIÓDICO

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Junts y Aliança, entre el miedo y la envidia

La presidenta d’Aliança Catalana, Sílvia Orriols, al Parlament de Catalunya. | ALBERTO PAREDES / EUROPA PRESS

La presidenta d’Aliança Catalana, Sílvia Orriols, al Parlament de Catalunya. | ALBERTO PAREDES / EUROPA PRESS

No hay conversación privada en Catalunya en la que no aparezca algún comensal que asegura haber visto una encuesta secreta que pronostica que la Aliança Catalana de Sílvia Orriols conseguirá en el próximo ciclo electoral 10, 15, 20 diputados... Alguno se viene arriba y anuncia que empatarán con Junts. Sin negar la pujanza de las fuerzas de extrema derecha, da la sensación de que de tanto anunciar que viene el lobo, nos muerde antes de tiempo. Ocurre, por ejemplo, con las elecciones en los países europeos (Rumanía,Alemania, Portugal) en las que anunciamos a bombo y platillo el buen resultado de los partidos extremistas, pero luego no destacamos que no llegan a gobernar casi nunca. Es un ejercicio de normalización de estas formaciones que acaba por convencer a los ciudadanos que lo 'cool' en Europa es que gobierne la extrema derecha. Las excentricidades de Trump rematan este fenómeno que parece salido de la factoría de Steve Bannon en el que caemos de cuatro patas. Incluso poscomunistas como Zizek proclaman sin rubor, esta semana lo dijo en 'El País', que ahora los revolucionarios son de extrema derecha, casi con envidia.

Junts ha caído esta semana en esta trampa porque está autoconvencida de que esas encuesta apócrifas son verdad. Es curioso en un partido que es heredero de CiU, que feneció al convocar unas elecciones con sondeos que le daban mayoría absoluta y perdió diez diputados. De manera que decidió aprobar en una ejecutiva que iba a promover la prohibición del velo en las escuelas para evitar votar una moción de Aliança en ese sentido. Pero lo curioso es que no piensa impulsar ninguna acción legislativa en ese sentido. Entonces, ¿para qué romper con la tradición de ese espacio político que ha sido siempre refractaria a ese tipo de medidas? ¿O es que algunos, como Zizek, sienten envidia de lo que Aliança propone? Una moción que iba a pasar sin pena ni gloria, llenó las portadas. Y Aliança presumió de ser el original y no la copia. No es fácil combatir a los populismos, pero las encuestas son malas consejeras. 

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