Opinión | En clave europea

Eliseo Oliveras

Suben los ultras, baja la izquierda

André Ventura, el candidat ultra de Chega. | EL PERIÓDICO

André Ventura, el candidat ultra de Chega. | EL PERIÓDICO

Las elecciones en Portugal, Polonia y Rumania del pasado 18 de mayo confirman la subida del voto ultra y la pérdida de apoyo de la izquierda que vienen produciéndose en la mayoría de países de la Unión Europea (UE) en los últimos años, aunque al final no se materializara la temida victoria ultra en las presidenciales rumanas. Pese al marcado descontento social existente en la UE por la creciente desigualdad, el insuficiente poder adquisitivo, el deterioro de los servicios públicos, el precio disparado de la vivienda y el injusto reparto tributario, los socialdemócratas y las otras fuerzas de izquierda no logran capitalizar ese malestar en votos, que acaban por desencanto en manos de la ultraderecha.

La extrema derecha ha sido la fuerza política más votada en las últimas elecciones legislativas en Italia, Países Bajos, Francia, Austria y Hungría y la segunda más votada en Alemania, Polonia, Bélgica, Suecia y la Republica Checa. En la mayoría de países, la ultraderecha es la principal receptora de votos de los trabajadores y las clases populares, que históricamente votaban a la izquierda, indican los sondeos.

En las últimas décadas, los socialistas han aplicado una política económica de recortes similar a la de la derecha y han priorizado derechos de minorías e identidades de género por encima de cuestiones esenciales para sus votantes: la desigualdad y precariedad, las penurias cotidianas, los sobrecostes de la política verde, la inseguridad y el deterioro en vivienda, educación y sanidad.

La izquierda, abandonada

El votante de izquierda se ha sentido abandonado, señala el historiador Marc Lazar. Para los trabajadores y las clases populares, los socialdemócratas son vistos en muchos países como una elite urbana acomodada y desconectada de los problemas de la población, destaca Pawel Zerka del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR).

Desde el ingreso de Rumania en la UE en 2007, es la primera vez que un candidato de ultraderecha, George Simion, llega a la segunda vuelta de las presidenciales y nunca en la historia de la Rumania poscomunista un candidato presidencial ultra había obtenido el 46,4% de los votos. Aunque las instituciones de la UE respiraron aliviadas por la victoria del independiente Nicusor Dan, alcalde de Bucarest y proeuropeísta, el triunfo de Dan es una desautorización ciudadana total al gobierno socialdemócrata-conservador rumano y a la política de apoyo ciego de la Comisión Europea a los gobiernos que se declaran proeuropeístas, pese a su ineficacia, al descontento social y a la acumulación de escándalos. El candidato oficial gubernamental, el conservador Crin Antonescu, sólo obtuvo el 20% de los votos en la primera vuelta y quedó excluido.

Derecha portuguesa

En las elecciones legislativas portuguesas, el ultra Chega (¡Basta!) logró el 22,6% de los votos, 4,5 puntos porcentuales más que en los comicios de 2024, colocándose justo por debajo de los socialistas (23,4%), que perdieron 5,3 puntos y obtuvieron el mismo número de escaños que Chega (58). El conservador Partido Social Demócrata (PSD), afiliado al Partido Popular Europeo, ganó con el 32,1% de los votos (3,3 puntos más), pese al escándalo de los negocios familiares del primer ministro, Luís Montenegro, que desencadenó las elecciones anticipadas.

En las elecciones de enero de 2022, los socialistas habían obtenido el 41,4% de los votos y la mayoría absoluta del Parlamento. Pero una oscura maniobra de la fiscalía tras reunirse con el presidente portugués, el conservador, Marcelo Rebelo de Sousa, insinuando en un comunicado una vaga sospecha de corrupción que nunca se concretó contra el primer ministro, Antonio Costa, forzó unas elecciones anticipadas en 2024. Costa es ahora presidente del Consejo Europeo.

En la primera vuelta de las presidenciales polacas, el alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowski, candidato del primer ministro, Donald Tusk, y del Partido Popular Europeo, ganó con el 31,4% y disputará la segunda vuelta contra el candidato del partido ultra Justicia y Ley (PiS), Karol Nawrocki, que logró el 29,5%. El resultado de la segunda vuelta el 1 de junio será reñido, ya que en la primera vuelta otros candidatos ultra sumaron un 22% del total de votos. Por el contrario, los candidatos socialdemócratas de Juntos y La Izquierda sólo obtuvieron el 4,9% y el 4,2%, respectivamente. En las elecciones legislativas de 2023, la coalición de izquierdas también tuvo un resultado limitado (8,6%), mientras que el voto de las clases populares fue principalmente a los partidos ultras.

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