Opinión | Inversión
Sara Jaurrieta

Sara Jaurrieta

Portavoz adjunt del grupo parlamentario Socialistes i Units per Avançar

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Haciendo barrios y ciudades, hacemos ciudadanía

El Govern destinará 1.000 millones de euros al Pla de Barris i Viles 2025-2029

Evacuación en el edificio derrumbado en la calle Canigó de Badalona.

Evacuación en el edificio derrumbado en la calle Canigó de Badalona. / Quique García

Catalunya creció en 2024 un 3,6% del PIB, por encima del crecimiento de la economía española (un 3,2%) y de la economía de la Unión Europea (un 1%), según datos del Idescat, pero en cambio la reducción de la tasa de pobreza en Cataluña en 2024 ha sido de una décima. Estos datos sobre la realidad catalana nos los recordaba el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en el pasado pleno del Parlament.

¿Qué sucede en las sociedades avanzadas que en períodos de bonanza económica no se logra redistribuir de forma progresiva esta prosperidad?

El diseño del Estado del bienestar debe incorporar constantemente nuevos elementos que hagan de su razón de ser (atención de los servicios públicos para todos) un sistema efectivo que comparta este crecimiento y ayude a que esta prosperidad llegue a todos los hogares.

Y ante esta realidad, el Gobierno de la Generalitat anunciaba hace pocos días la recuperación de una herramienta estructural para reducir las desigualdades sociales: el plan de Barris. Una estrategia territorial para impulsar las áreas más vulnerables iniciada por los Governs del president Pasqual Maragall y del presidente José Montilla que quedó 14 años parada.

El Govern destinará 1.000 millones de euros al Pla de Barris i Viles 2025-2029. La inversión se complementará con aproximadamente 600 millones provenientes de los ayuntamientos. Un abordaje de la necesidad social de forma integral: a través del urbanismo, de la sostenibilidad y de la cohesión comunitaria.

Porque tenemos retos como el cambio climático y la pobreza energética que impactan más en los barrios degradados, con contaminación y con menos espacios verdes. La desigualdad actúa agravando factores externos a quienes sufren condiciones urbanas precarias y con menos recursos locales. Poner el foco en estos espacios es apostar por garantizar el acceso equitativo a servicios básicos, a vivienda digna y mejorar las condiciones de vida.

En el Ayuntamiento de Barcelona lo saben bien. El alcalde Jaume Collboni, que llega al ecuador del mandato estos días como alcalde, decidió mantener desde el primer momento el Pla de Barris pese a cubrirlo al 100% desde las arcas municipales. 27 barrios participantes, 438.000 personas beneficiadas y 200 millones de euros es el balance de estos años. Este plan, que en su tercera edición incorpora como novedades los planes singulares de los barrios de montaña, el de la Marina del Prat Vermell -que pretende anticipar las necesidades de un barrio en rápido crecimiento- o el Pla de Ciutat Vella, que abarca el conjunto de sus cuatro barrios. La actuación no solo da peso en el espacio público, sino en la vertiente social con una gran incidencia de programas educativos. Un plan que se dirige a adolescentes, mujeres, población migrada y personas mayores como segmentos de población especialmente vulnerables. Una aproximación que incorpora también el eje medioambiental, presente en todas sus actuaciones. La ciudad y el país cambian de composición y es necesario aproximarse a esta nueva realidad.

Haciendo este trabajo con las comunidades con participación activa y corresponsabilidad, poniendo a las personas y el territorio en el centro de la acción pública es construir una prosperidad compartida. Porque dentro de diez años, cuando miremos los datos de crecimiento económico de Catalunya, podamos ver también una reducción de la desigualdad y una mayor redistribución de la riqueza.

Haciendo barrios y ciudades, hacemos ciudadanía.