Opinión | Gato adoptivo
Ferran Boiza

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Director adjunto de EL PERIÓDICO

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Choque de relatos con las urnas al fondo

Pedro Sánchez y Núñez Feijóo, en una sesión de control en el Congreso

Pedro Sánchez y Núñez Feijóo, en una sesión de control en el Congreso / Eduardo Parra / Europa Press

La política española sigue atrapada en la construcción de dos relatos antagónicos que polarizan el debate e impiden cualquier consenso entre los dos grandes partidos con posibilidades de gobernar. Los ciudadanos asisten estupefactos, semana tras semana, a una pugna narrativa que es especialmente ruidosa en el Madrid político, entendido éste por ese conglomerado de instituciones públicas y privadas, formaciones políticas, medios de comunicación y lobbies de todo tipo que poco tienen que ver con la generalidad de los madrileños. “El poder en política no sólo está en controlar los recursos, sino en dominar la narrativa que define la realidad”, sostiene Yuval Harari. Y en esa red nos hemos quedado atrapados.

La semana que dejamos atrás ha sido especialmente inquietante por la ausencia de un debate real, basado en la confrontación de ideas y de proyectos, a la altura de los retos internacionales que tiene España, como los aranceles de Trump o la discusión sobre el rearme europeo, o de problemas más prosaicos, como que aún no se conozcan las causas del apagón o que se enquisten las deficiencias de la red ferroviaria.

Lanzados a la construcción de un relato que conecte emocionalmente con los ciudadanos, unos buscan erosionar al Gobierno asociándolo con el caos, la corrupción y el desgobierno, mientras que otros lo presentan como un ejemplo de resistencia ante los embates de la oposición, los medios críticos y los sectores judiciales presuntamente hostiles. La descomposición institucional frente a la resiliencia del presidente Sánchez.

En este contexto, los dos grandes partidos han puesto en marcha la maquinaria electoral. El PP ha avanzado su congreso para relanzar el proyecto y a Núñez Feijóo; y el PSOE, que sigue insistiendo en que agotará la legislatura, ha convocado un comité federal para situar a los territorios en modo elecciones: Castilla y León y Andalucía votarán en 2026. 

Y es que el fin último del relato son las urnas.

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