Opinión | Gaza

Rafael Vilasanjuan

Semántica de un genocidio

El “genocidio” palestino es real, igual de real que el que detuvimos tarde contra los judíos en su día

Un niño palestino junto a una ración de comida en Gaza, este mayo

Un niño palestino junto a una ración de comida en Gaza, este mayo / OMAR AL-QATTAA / AFP

Tras los últimos movimientos y ataques, el trozo de Gaza donde los palestinos pueden apelotonarse ha quedado reducido a menos de un tercio de lo que era. La franja, ya de por si comprimida, se ha convertido ahora en “el gueto de Gaza”, similar al que hace décadas encerró en Varsovia a cientos de miles de judíos. Los campos de Rafah y Khan Younis son los centros de concentración, donde el bloqueo, ya no solo de la ayuda humanitaria sino de agua, alimentos y medicamentos, amenaza con matar a más gente –la mayoría menores– que las propias bombas que siguen lloviendo.

Las cifras oficiales dicen que desde que comenzó el asedio han muerto más de 15.000 niños, los que quedan están sometidos a la peor tortura que pueden padecer. Sin agua, sin alimentos ni para realizar una comida al día, sin medicamentos, ni siquiera analgésicos para poder operarles o remitir el dolor de las heridas de metralla o de las bombas, los niños palestinos en Gaza solo tienen un derecho. El derecho a morir de manera lenta y cruel.

¿Qué sentido tiene el conflicto? Es difícil justificar que en su guerra contra Hamas una de cada tres víctimas mortales sea menor y más aún que a los que no ha logrado aniquilar mueran ahora de inanición, bloqueando la entrada de insumos. ¿Está Israel matando niños porque los considera enemigos? La cuestión es si pretenden acabar con los enemigos que ponen en riesgo la seguridad de Israel o si por el contrario las masacres y el bloqueo responden a un intento de destruir la nación palestina desde la raíz de sus futuras generaciones.

Podemos dar vueltas al término, pero todo hace pensar que sí, que hay un genocidio en marcha en Gaza y que no es una cuestión semántica. Quisimos pensar que la historia no se repetiría, pero bajo la batuta de Netanyahu el “genocidio” palestino es real, igual de real que el que detuvimos tarde contra los judíos en su día. Ahora el Holocausto ha cambiado de escenario y lo que está haciendo Israel en Gaza no deja lugar a dudas de que está buscando “la solución final de la cuestión palestina”.