Adiós Liga, hola Mundial

Tras el clásico de Montjuïc, sobre el mismo césped donde el Barça había sentenciado la Liga, Hansi Flick dejó una imagen simbólica. Se acercó uno a uno a los jugadores del Real Madrid para dedicarles unas palabras, un gesto de cariño o simplemente estrecharles la mano. Reconocía, con sobriedad alemana, al campeón caído, al equipo que acababa de ceder su trono. Hay un nuevo rey en nuestro fútbol, y ese es el equipo liderado por Lamine Yamal. Mientras, Ancelotti parecía rumiar su nuevo destino, la selección de Brasil, acuerdo anunciado oficialmente ayer. Mejor para el equipo blanco. La etapa del italiano había tocado a su fin desde hace tiempo. Su discurso ya no calaba en los jugadores, que escuchaban sin inmutarse los reproches del italiano sobre la actitud y el hambre de un equipo, seguramente, saciado de títulos y remontadas imposibles. Quizá ahí, en esas noches de gloria europeas, se fue la ambición de un equipo legendario. El discurso del ADN del nunca rendirse, de los 90 minutos en el Bernabéu, se había esfumado. Ahora toca un nuevo tiempo en el Real Madrid. Y Florentino Pérez ha decidido no esperar ni un minuto. La próxima temporada empieza ya, con el Mundial de Clubes y con Xabi Alonso a los mandos, además de tres refuerzos, como adelantamos en exclusiva en 'El Chiringuito'. Nada de probaturas ni de homenajes. Es el momento de comprobar quién está comprometido de verdad.

Los nuevos fichajes llegan para reforzar la zona más dañada por las lesiones y los años: la defensa. Pero habrá más. El Madrid sabe que para hacer frente a este nuevo Barça, vigoroso, joven, hambriento de gloria y capaz de levantar a cualquiera del asiento, hacen falta nuevos nombres, remover el vestuario. Dos futbolistas han terminado la temporada con una sombra de duda. Rodrygo es el ejemplo más evidente. El pasado verano reclamó la titularidad y ha jugado más que nunca, pero su rendimiento ha sido decepcionante. El otro futbolista que ha sufrido un bajón importante es Vinicius. Desde el lío del Balón de Oro no es el mismo. Ha perdido frescura y clarividencia. Ambos brasileños se van a encontrar ahora con Ancelotti en la selección. Allí podrán recordar viejos y mejores tiempos para los tres.