La paz de León XIV

Dice la historia que León el Grande, el primer papa que eligió llevar este nombre, logró disuadir a Atila de que entrara en Roma cuando las invasiones bárbaras atacaban todos los frentes del imperio. Tal vez el nuevo papa haya elegido el nombre intuyendo que no le van a faltar bárbaros con los que emplear toda su influencia. El conclave ya es historia, pero los problemas para los que ha sido elegido, no lo son. La iglesia está fracturada, el mundo más polarizado que nunca y los conflictos lejos de apaciguarse se extienden desde los focos enormes de Ucrania o Palestina a otros que se encienden con potencias como la India detrás.

La iglesia católica no es un actor neutro en la agenda global, uno de cada cinco habitantes del planeta profesa esta religión y los papas siempre han ejercido papeles destacados en algunas crisis. Juan XXIII a sabiendas de que Kennedy era católico convencido jugó un papel crítico mediando entre EEUU y Rusia para evitar la guerra nuclear consecuencia de la crisis de los misiles en Cuba; Juan Pablo II, polaco, empeñó todo su esfuerzo en acabar con el comunismo empezando por su país. Francisco ha tenido muchos frentes, por un lado la intención de abrir relaciones con China, donde el catolicismo está completamente controlado por el gobierno, por otro, como buen seguidor de San Francisco de Asís, ha combatido por preservar la naturaleza defendiendo la lucha por el cambio climático, y ha hecho bandera de la dignidad de los migrantes.

¿Dónde se empleará León XIV? Por ahora es una incógnita, aunque en la primera misa repitió diez veces la palabra “paz”. Dicen que es un hombre moderado y de consensos y quizá por eso ha sido elegido en un tiempo en donde estas dos virtudes parecen haber desaparecido del escenario mundial. Con la iglesia ultraortodoxa echando puyas empezando por su país de nacimiento, la apuesta no va a ser fácil en un mundo cada vez más convulso, pero empieza a concretar lo que se puede esperar desde el Vaticano. En tiempos de división profunda, la paz que anuncia León XIV no podía llegar en mejor momento.

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