Opinión | NADA ES LO QUE PARECE
Albert Sáez

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Director de EL PERIÓDICO

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¿Han elegido un Papa 'antiTrump'?

El papa Lleó XIV, amb sotana blanca i musseta de vellut, saluda la multitud congregada des del balcó central de la basílica de Sant Pere, ahir a la tarda. | AFP

El papa Lleó XIV, amb sotana blanca i musseta de vellut, saluda la multitud congregada des del balcó central de la basílica de Sant Pere, ahir a la tarda. | AFP

En su primera aparición en el balcón de la Plaza San Pedro, León XIV se vistió como Benedicto XVI y habló como Francisco I, sus dos inmediatos antecesores. Robert Francis Prevost, cardenal de Chicago, se convirtió este jueves en el primer papa norteamericanoHabló en italiano y en español y eligió el significativo nombre de León XIV. León XIII fue el primer papa que ya no estuvo al frente de los estados pontificios, que se perdieron a finales del siglo XIX tras la unificación de Italia y como una de las secuelas de las revoluciones de 1848, en las que ese entremezclaron la luchas nacionales con las revueltas obreras. León XIII publicó en su momento una encíclica, la 'Rerum Novarum' que aún hoy sigue teniendo sentido como tercera vía entre el ultraliberalismo y el marxismo y que dio pie a la llamada doctrina social de la Iglesia de la que emanaron unos años después los sindicatos católicos como la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y, posteriormente, las Hermandades Obreras de Acción Católica (HOAC), uno de los gérmenes de Comisiones Obreras. En ese ambiente se formó, por ejemplo, una de las mujeres más poderosas de España en este momento, María Jesús Montero, vicepresidenta del Gobierno, vicesecretaria general del PSOE y candidata a la Junta de Andalucía. La 'Rerum Novarum' es uno de los fundamentos ideológicos que han sostenido el consenso europeo en el que convergen la democracia cristiana y la socialdemocracia. Conviene recordarlo hoy que celebramos el Día de Europa.

Tan importante como el nombre elegido, que ha animado a la progresía a recibirlo como una suerte de antiCristo de Trump, es la trayectoria. Prevost es agustino, una orden discreta, pero poco dada a las gesticulaciones progresistas. Por eso, en su primera aparición, se revistió con los atributos monárquicos. Todo indica que, aunque siga la misma línea que Francisco, León XIV no va a hacer concesiones estéticas de matriz peronista, cosa que puede contribuir a calmar a quienes en la Iglesia tienden a confundir el fondo con la forma y a primar la tradición sobre la doctrina. Con todo, Prevost ha dejado claro en estos últimos meses que no comparte la alianza que han establecido algunos sectores conservadores del catolicismo norteamericano con Trump, integrándose en el movimiento MAGA, esa curiosa coalición de meapilas y puteros que ocupa la Casa Blanca. 

Sea como fuere, el Papa Prevost parece consciente de vivir en un momento disruptivo desde el punto de vista geopolítico, como el de finales del siglo XIX, y opta por situar a la Iglesia como espacio de diálogo y de consenso, alejada de la polarización, pero firme en la defensa de su tradición, de su estética, de su personalidad, nada de diluirse en el mundo contemporáneo. 

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