
Presidente del Comité Editorial de EL PERIÓDICO.

Joan Tapia
Joan TapiaPresidente del Comité Editorial de EL PERIÓDICO.
Tras el gran desastre
Es prioritario saber la causa del cero eléctrico para exigir responsabilidades. Al Gobierno,o al sector privado, y que nunca más vuelva a pasar

Vista general del encendido paulatino de la ciudad de Málaga tras el apagón. / Rocío Ruz - Europa Press
Lo primero que deja claro el apagón total del lunes es la gran vulnerabilidad de nuestra vida actual. Las casas pueden sobrevivir unas horas sin luz, pero la sociedad se colapsa cuando no funcionan ni los móviles ni internet y nadie sabe nada de nada. Se hizo mucha mofa del kit que la Comisión Europea recomendó, pero el mundo actual, que brinda más posibilidades y comodidades, es más peligroso tras Ucrania. Y por eso, y la duración del apagón, se pudo creer en un ciberataque de origen inquietante.
El cero eléctrico ha sido un gran desastre y un gran fracaso. Increíble. Pero también pasó en territorios como California, con un PIB muy superior al español. Y Austria avisó que algo así podía suceder en un país europeo.
Superado el apagón -aunque la red ferroviaria todavía sufre-, lo más positivo es que España ha vuelto mostrar una gran conciencia cívica. Ningún atropello reseñable. Y el cero eléctrico se logró superar, al cabo de largas horas y progresivamente gracias a las centrales de gas y a las hidroeléctricas.
Pero la pérdida de confianza ha sido muy fuerte y tendrá consecuencias económicas. Lo admitió el propio Pedro Sánchez, "no puede volver a pasar". Pero para que no se repita, lo primero es saber las causas. Y más de 48 horas después poco sabemos. Se ha criticado la tardanza de la primera explicación de Sánchez (a las 18 horas), pero si presidía el comité de crisis no podía salir antes. Luego compareció por la noche y a la mañana siguiente. Lo de 'piove, porco governo' es siempre una consecuencia psicológica. Pero en este caso -con viajeros atrapados en los trenes y mucha gente cenando a oscuras y con la inquietud de la total excepcionalidad- es perfectamente comprensible.
Y lo más preocupante es que seguimos sin saber lo que pasó y que las explicaciones han sido muy insuficientes. Hubo dos cortes de suministro seguidos que llevaron al cero eléctrico. Pero ¿por qué? La generación eléctrica -nuclear, gasística o renovable- corre a cargo de empresas privadas pero la red eléctrica está dirigida por Redeia, que cotiza en Bolsa, pero en la que la SEPI tiene un 20% de control y el Gobierno nombra a sus dirigentes. Su presidenta es Beatriz Corredor, ministra de la Vivienda con Zapatero, que extrañamente no dijo nada hasta el miércoles.
Sánchez asumió el desastre, pero dirigió las sospechas al sector privado. No es correcto. Aunque las empresas son privadas, Redeia es operativamente pública. Y alguna responsabilidad tiene. ¿Escasas inversiones durante demasiados años, incluso desde antes del actual Gobierno?
¿Es lógico que Redeia no sepa aún “con certeza” dónde se originó el problema? ¿Es normal que, pese a ello, excluya un ciberataque y que Sánchez no lo supiera -lo admitió el martes en su comparecencia- y se enterara por los periodistas? Demasiados dislates.
Culpar a una de las diversas fuentes de energía es muy aventurado. Las renovables producen casi el 50% de la electricidad, son esenciales para combatir el cambio climático y además reducen el precio. ¿Puede un exceso de oferta renovable, ayudado por la gran complejidad de los precios en el mercado eléctrico, haber sido la causa? Es una tesis que parece interesada, aunque no imposible. Pero las nucleares -había cuatro reactores en funcionamiento- no resolvieron el problema y la recuperación fue posible por las centrales de gas que -gracias a los gaseoductos de Enagás con Argelia, Marruecos y Francia- estuvieron abastecidas. Las nucleares no pudieron ayudar porque su puesta en marcha es muy lenta.
El debate nuclear es otro. ¿El fuerte complemento que siempre necesitarán las renovables debe venir de las centrales de gas o de las nucleares, cuyo cierre estaba programado desde hace años? Es una cuestión interesante, pero tiene poco que ver con el apagón.
Feijóo dice que toda la culpa es del Gobierno. Es un exceso, pero lógico en el muy crispado clima político. Lo que es imprescindible es que el Gobierno aclare sin dilaciones las causas del desastre y restablezca así la confianza. Y que asuma sus responsabilidades, que serían parciales en el caso de Redeia, e indique los fallos y los posibles responsables privados. Debe actuar así para que "nunca más vuelva a pasar".
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