Opinión | GATO ADOPTIVO

Director adjunto de EL PERIÓDICO

Ferran Boiza
Ferran BoizaDirector adjunto de EL PERIÓDICO
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universitat Autònoma de Barcelona, lleva más de tres décadas cubriendo información política en medios de Barcelona y Madrid como Europa Press, La Vanguardia y El Mundo, donde trabajó 26 años y fue Jefe de Nacional. En 2023 se incorporó a Prensa Ibérica, donde ha sido Director de EL PERIÓDICO DE ESPAÑA hasta su nombramiento como Director Adjunto de EL PERIÓDICO.
El doble apagón de Sánchez

Un grupo de jóvenes el lunes en la plaza del Obradoiro de Santiago. / EUROPA PRESS
Los expertos en comunicación de crisis recomiendan hablar pronto, incluso si no se tienen todas las respuestas, porque en una emergencia como la que afectó el lunes a España el silencio es el mensaje, y es el mensaje equivocado. El presidente del Gobierno tardó más de cinco horas en comparecer ante los estupefactos ciudadanos, pasadas las seis de la tarde, y hasta ese momento la única fuente oficial que informó del apagón y sus consecuencias fue el ministro de Transportes, Óscar Puente, a través de su cuenta oficial en las redes sociales. Una ausencia de información oficial sobre lo que estaba sucediendo que contribuyó a la propagación de todo tipo de bulos y que la comparecencia de Pedro Sánchez a media tarde apenas consiguió disipar, al no ofrecer explicaciones claras sobre las causas y limitarse a señalar una “desaparición súbita” de la potencia eléctrica sin aportar detalles concluyentes. La comunicación oficial fue un goteo desordenado y confuso en el que había pocas certezas y mucha incertidumbre, un doble apagón ante el cual los españoles volvieron a dar ejemplo de civismo, solidaridad y responsabilidad.
Este martes, el país fue recobrando su pulso habitual poco a poco, pero las certezas siguen sin aparecer y la incertidumbre sigue ahí. Dos días después del gran apagón, los causas que lo provocaron siguen siendo una incógnita y no hay una respuesta clara a por qué no se anticiparon los riesgos asociados a la transición energética, como la dependencia de las renovables sin suficiente respaldo de fuentes estables como la nuclear, toda vez que se ha puesto sobre la mesa la hipótesis de una caída en la generación solar como posible desencadenante del colapso eléctrico en la península.
El presidente ha señalado a los “operadores privados”, pero no ha asumido responsabilidades en la supervisión pública del suministro, obviando que el 20% de Red Eléctrica es capital público y su presidencia la ostenta Beatriz Corredor, exministra y exconcejal socialista.
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