
Profesora asociada de la Universitat de Barcelona

Sonia Andolz
Sonia AndolzProfesora asociada de la Universitat de Barcelona
Profesora asociada de la Universitat de Barcelona
De la normalidad
Algo 'normal' es eso, aquello habitual y aceptado comúnmente en una sociedad. Pues bien, vivir así no tiene por qué ser normal y sentirnos vulnerables es una buena terapia de choque
Red Eléctrica sospecha de una desconexión masiva de plantas solares antes del apagón total
Los súpers retiran contrarreloj la comida que ha quedado en mal estado por el apagón

EFE
El apagón de ayer no se vivió de la misma forma ni con la misma afectación. Hay quien apenas notó el corte de luz durante algunas horas y quien vivió un calvario enorme. Hay quien vive en municipios pequeños y quien lo hace en las ciudades más grandes. Hay quien se mueve siempre en transporte privado y quien ni siquiera tiene alguno. Hay quien tiene trabajos indispensables y quien ayer se supo prescindible. Hay negocios que tuvieron y pudieron cerrar y otros que no podían ni bajar la persiana. Lo que todos tuvimos, en menor o mayor grado, es esa sensación de vulnerabilidad al no saber qué pasaba, cuál era el alcance o cuándo se recuperaría la llamada 'normalidad'.
Esa sensación de fragilidad y amenaza la sienten cientos de miles de personas en el mundo a diario. Son quienes viven en zonas no industrializadas o empobrecidas o quienes viven en guerra. Pero no aquí. Aquí no nos pasa, aquí vivimos en nuestra 'normalidad', que consiste en un ritmo frenético empujado por el sistema económico capitalista. Aquí la 'normalidad' es vivir en una rueda de hámster, llevando nuestras rutinas tan bien como podemos, creyendo que el 'wellness' y el Pilates, la comida de Ametller, el pagar a otros para que cubran lo que no alcanzamos, las sesiones de terapia pagada y la culpa por no llegar a todo nos hace menos normalizados.
Mirando cómo vivimos el día de ayer, en nuestra sociedad lo 'normal' parece ser estar permanentemente comunicados e informados, llegar rápido a todo: de casa al trabajo y del trabajo a casa. Lo 'normal' es poder ir por la vida sin llevar dinero, siendo dependientes de los dispositivos electrónicos. Lo 'normal' es tener puertas, mandos, persianas y cerraduras totalmente digitalizadas, que parece que es más seguro. Lo 'normal' es que todo funcione, porque así lo damos por sentado. Algo 'normal' es eso, aquello habitual y aceptado comúnmente en una sociedad. Pues bien, vivir así no tiene por qué ser normal y sentirnos vulnerables es una buena terapia de choque. Redefinamos la normalidad.
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