Opinión | El pataleo
Josep Pedrerol

Josep Pedrerol

Periodista

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Lamine y la remontada

Lamine Yamal celebra la Copa del Rey

Lamine Yamal celebra la Copa del Rey / AFP7 vía Europa Press

«Si nos meten un gol no pasa nada. Si nos meten dos no pasa nada. Este año no pueden con nosotros». Son palabras de Lamine Yamal tras la hipnótica final de la Copa del Rey que se vivió en Sevilla. Palabras que lanzó con esa sonrisa atrevida que evidencia que estamos ante un futbolista genial con ganas de comerse el mundo, sin miedo a nada y convencido de que es capaz de todo. Es, también, el atrevimiento propio de la adolescencia, esa etapa de la vida en la que el miedo no existe y los sueños se multiplican. Lamine Yamal, a sus 17 años, abandera el nuevo Barça, el de los chavales de la Masia, el que ha guardado los complejos de los últimos diez años en un cajón y ha tirado la llave al mar.

Imaginémonos. Si el partido del sábado hubiese ocurrido hace tres o cuatro temporadas, con la remontada del Madrid en la segunda parte, el resultado habría sido bien distinto: Modric y Lucas Vázquez habrían levantado la Copa del Rey y hoy estaríamos elogiando la mentalidad de un equipo campeón que no se rinde, que siempre saca un plus cuando peor van las cosas, que tiene un adn ganador. Pero no. El Barça se sobrepuso a los goles de Mbappé y Tchouameni cuando menos lo esperábamos y se llevó el título. Es lo que tiene contar con futbolistas talentosos y con una mentalidad desinhibida que no se vienen abajo a pesar de las dificultades. Algo ha cambiado en este club, está claro. 

La tentación de cambiar de filosofía estaba ahí. Fichar futbolistas de todos lados y obviar a la cantera habría sido una vía de escape ante tanto fracaso propio y éxito ajeno. Es lo que tiene el caos, las ideas se nublan y no son tan claras. Pero Laporta mantuvo firme el rumbo. La apuesta por la Masia permaneció invariable y así salieron los Cubarsí, Gerard Martín, Fermín o Lamine Yamal. Todos protagonistas en la final. También le ha salido fenomenal la apuesta por Flick, un entrenador fabuloso. Dicho esto, aún queda temporada... para ambos. El Madrid tiene difícil la Liga, pero confía en los errores del Barça, en que la Champions ante el Inter ejerza de elemento de distracción para dar la vuelta a la situación. La Copa está bien, no hay duda, pero aún falta rematar la temporada.