Opinión | Sindicalismo
Andreu Claret

Andreu Claret

Periodista y escritor. Miembro del Comité editorial de EL PERIÓDICO

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La dama de cobre de CCOO

Nadie ha usado el atributo de intransigente, habitual en la confrontación entre capital y trabajo. Encaja con el perfil de alguien más hecho a negociar que a pelear

¿Quién es Belén López, la primera mujer en liderar el sindicato CCOO de Catalunya?

Belén López, nova secretària general de CCOO, ahir. | MARC ASENSIO CLUPES

Belén López, nova secretària general de CCOO, ahir. | MARC ASENSIO CLUPES

Desde que los soviéticos apodaron a Margaret Thatcher como ‘La dama de hierro’, muchas mujeres que han destacado en la vida política han heredado este calificativo. No hay hombres de hierro. Solo mujeres, cuya determinación los hombres solo pueden explicar por un carácter excepcional. Mujeres masculinizadas por los medios de comunicación, como Golda Meir y Angela Merkel. Catalunya no las ha tenido porque, por mucho que pretendamos ser la vanguardia del feminismo, los hombres siempre han ocupado los panteones de la vida política y sindical. Hasta que Comisiones Obreras decidió elegir recientemente como nueva secretaria general a Belén López, una mujer de 48 años licenciada en ciencias políticas, nacida en las remotas Masies de Voltregà, donde los condes de Lacambra procesan el cobre desde mediados del siglo XIX, y donde sus padres, gallegos, vinieron a trabajar durante la dictadura.

De las imágenes que le debieron pasar por la cabeza a Belén López cuando fue elegida al frente de un sindicato de casi 150.000 afiliados, me quedo con la del día en que su madre la fue a presentar a la condesa de Lacambra. Debió ser a finales de los setenta, cuando era una niña, el amo de la Farga aún lo era todo, y su mujer tenía a bien saludar a los vástagos de quienes producían plusvalía laminando planchas del preciado metal. De ahí hasta la inteligencia artificial de la que trató el congreso que la eligió, parece que hayan pasado siglos. No es de extrañar que su elección haya supuesto un aldabonazo. Por mucho que las mujeres constituyan más del 45% de la afiliación a CCOO, nombrar a una de ellas tras los mandatos de Pacheco, Gallego, Coscubiela y López Bulla, podía parecer una temeridad. ¡Una mujer de Les Masies de Voltregà! ¿Y dónde está esto? Lejos de Barcelona y del otrora llamado cinturón rojo, de donde eran los demás. López es una mujer que ha subido peldaños en el sindicato ocupándose de la precarización de las trabajadoras de la Costa Brava, de los jóvenes emigrantes de Salt, de las empresas pequeñas y medianas que constituyen el grueso de la ocupación en Catalunya.

¿Cómo será?, se preguntan las patronales. Han leído que ha actuado con obstinación en los convenios en los que ha estado implicada, en las comarcas de Girona. Sin embargo, nadie ha usado el atributo de intransigente, habitual en la confrontación entre capital y trabajo. Encaja con el perfil de alguien más hecho a negociar que a pelear. Alguien se atrevió a caracterizarla como una sindicalista dúctil, y el adjetivo me devolvió a los Lacambra. No la conozco, pero por lo que dijo al ser elegida la imagino como la dama de cobre del sindicalismo. Por su conductividad, necesaria para unir a las distintas almas que conviven en CCOO y por su maleabilidad a la hora de abordar los conflictos que se avecinan en la era Trump. Habla mucho de la vida, que es probablemente lo que toca si es cierto, como sostiene Bill Gates, que dentro de diez años la mayoría de las tareas humanas podrán ser hechas por la inteligencia artificial.

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