Opinión | GATO ADOPTIVO

Ferran Boiza

Ferran Boiza

Director adjunto de EL PERIÓDICO

El Papa de los creyentes excluidos

El papa Francisco, en una imagen de archivo

El papa Francisco, en una imagen de archivo / Tiziana Fabi / AFP

La oposición al Papa Francisco, que la tuvo dentro y fuera del Vaticano, y fue especialmente virulenta en los Estados Unidos con el vicepresidente J. D. Vance a la cabeza, decía para desacreditarle que tenía más apoyos al margen de la Iglesia que entre los católicos. Es imposible confirmarlo, pero sí es cierto que cosechó una simpatía transversal gracias a sus posiciones sobre el papel de las mujeres o los homosexuales en la Iglesia, o sus pronunciamientos sobre el cambio climático. De hecho, se atribuye a Jorge Bergoglio la frase “el clericalismo es un cáncer”, aunque no hay prueba alguna de que la pronunciara en un solo discurso oficial. Sí vinculó de forma reiterada el “clericalismo” con problemas eclesiales estructurales, lo comparó con una enfermedad que corroe la misión de la Iglesia y nombró a gran cantidad de laicos para puestos clave como los dicasterios, algo así como los ministerios del Vaticano.

Casi revolucionaria fue su encíclica Laudato si en 2015, convertida en un llamamiento a cuidar la “casa común”, la Tierra, abordando la crisis ecológica y social desde una perspectiva integral, combinando espiritualidad, ciencia y ética para promover un cambio cultural y político hacia un desarrollo sostenible.

El papa Francisco fue el que impulsó una mayor participación de las mujeres en la Iglesia, pese a no abrir la puerta al sacerdocio femenino, el que pidió perdón por el machismo histórico de la institución o el que condenó sin paliativos la violencia de género. Y también el que pronunció una frase histórica para muchos homosexuales católicos: “Las personas homosexuales tienen derecho a estar en una familia. Son hijos de Dios. [...] Hay que crear una ley de unión civil”. Todo un hito.

En esta época de polarización extrema en todos los ámbitos, Francisco se negaba a ser catalogado de progresista o conservador, pero no hay duda de que sí fue aperturista e integrador, acercando la Iglesia a muchos creyentes que hasta entonces se habían sentido excluidos.

Suscríbete para seguir leyendo