Las mujeres que leen

Las mujeres que leen son peligrosas: si escribes en Google la primera parte de la frase, «las mujeres que leen», se completa con ese atributo, la peligrosidad. La culpa la tiene un maravilloso libro ilustrado de Stefan Bollmann convertido ya en clásico que lleva ese título exacto y que recorre la historia de las mujeres y la lectura. Se publicó en 2007. Casi 20 años después, y con la catapulta insospechada que la pandemia ha dado al hábito lector, una mirada atenta a librerías, autobuses y metros, e incluso en los pasillos del exitoso Salón del Cómic de este fin de semana, revela que la mujer marca las nuevas tendencias en literatura, escribe más que nunca, lee más que nunca, a todas las edades y en todas partes.

Veamos algunos datos recientes. El último informe de marzo de hábitos y consumo de libros en Catalunya en 2024 ha confirmado la buena salud lectora que apuntaron los datos globales de España, pero aún fue más allá. El 79,5% de mujeres leyó libros en Catalunya frente al 68% de hombres; y el 73,9% de media que leyeron libros sube 3 puntos respecto a 2023 y 1,4 respecto a la media española de 2024. En lectura de cómics, las mujeres siguen consolidando un hábito poco arraigado, y ya leen el 11,5% ante el 15,4% de lectores masculinos. 

   Tiktok y 'booktok' están detrás del auge del género romántico y la fantasía entre las mujeres más jóvenes, y también han propulsado las mujeres el thriller y las novelas de misterio, haciendo reinar globalmente a la autora Coleen Hoover y la novela 'La asistenta', de Freida McFadden. 

   Son las lectoras las que tiran del carro de la industria editorial, y pese a ello siguen cuestionadas en sus gustos, cuando no menospreciadas. Eso que leen las jóvenes, las mujeres, esa baja literatura que la semana de la Barcelona Negra honra y eleva a los altares cada año con una nueva edición de su festival dedicado al género negro y de misterio, eso que se expande en las historias del manga, cómics y novelas gráficas con las inquietudes e intereses femeninos en primer plano. Eso que consolida un Crush Fest, el festival de literatura juvenil de Barcelona, que extiende su avidez lectora al Festival 42 de literatura fantástica, ¿qué hacemos con las mujeres que leen? 

   Algunas lectoras ríen entre dientes, que hablen, que digan, ellas siguen con su compulsión por abrir la mente a otros mundos y formas de vivir. Otras recurren a las mismas redes como Tiktok para defenderse, y sueltan monólogos donde reivindican su derecho a leer lo que les da la gana y a no ser juzgadas por ello, a no rebajarse pese a ser objeto de miradas altivas y cargadas de condescendencia.

   Las nuevas generaciones empujan con fuerza el hábito lector pese a las pantallas, y a veces gracias a ellas: los libros electrónicos también capturan lectores y las bibliotecas digitales crecen año tras año en préstamos, de las descargas piratas ya hablamos otro día. Y una serie de Netflix puede llevarte al manga original, y la viñeta a la novela que seguramente hay detrás, de ahí a una librería a buscar más lecturas y ya tienes una comunidad más robusta, más fiel. Bienvenidos sean los peligros de la lectura.

Suscríbete para seguir leyendo