¿Pueden llegar los tentáculos de Trump hasta una biblioteca de barrio de Barcelona?

Los demonios de Trump van a revolverse contra él y su cruzada contra las políticas que llama woke. En su manantial de órdenes ejecutivas ha dictado una, la 14173, que prohíbe mantener las subvenciones públicas a cualquier programa que promueva la DEI, la Diversidad, la Equidad y la Inclusión. Y en virtud de esa orden la embajada de Estados Unidos ha requerido al ayuntamiento de Barcelona que deje de practicar políticas de inclusión en el llamado American Space de la biblioteca municipal Ignasi Iglesias en el barrio de Sant Andreu. Se trata de un espacio que promueve información para jóvenes que quieren cursar estudios superiores en Estados Unidos. Vaya que es una oficina comercial del sistema universitario norteamericano. El alcalde Collboni se ha negado de plano, entre otras cosas porque sostiene que las órdenes ejecutivas no tienen validez fuera del territorio de los Estados Unidos. Habrá una pequeña trifulca que acabará en los juzgados posiblemente porque los acuerdos están para cumplirlos.

El afán antiprogre de Trump, que se puede sustentar en alguna exageración de lo políticamente correcto, y su desapego a la globalización se ha convertido en su fuente principal de errores. El mundo es hoy tan interdependiente que las universidades norteamericanas necesitan estar presenten en un barrio de Barcelona para tener los alumnos que necesitan para mantener su estructura. El resultado de las política de Trump puede acabar siendo que la bilblioteca de Sant Andreu siga abierta y más de una universidad norteamericana acabe cerrando.

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